Manuela Martín
Ocio
Lerma, una villa ducal a orillas del río Arlanza
Uno de los pueblos más bonitos de España bien merece una visita de fin de semana
Situada en la provincia de Burgos y considerada desde el año 2018 como ‘Uno de los pueblos más bonitos de España’ por la asociación que lleva ese nombre, esta pequeña villa ducal burgalesa de algo más de 2500 habitantes y situada junto al río Arlanza, bien merece una visita.
Su estratégica localización la ha hecho objeto de deseo de diferentes civilizaciones entre romanos, suevos, visigodos, árabes y cristianos.
Después de años de guerra y enfrentamientos entre moros y cristianos, Lerma vivió su momento de esplendor en el siglo XVII, convertida en villa ducal al servicio de los Austrias.
Actualmente se conserva una de las cuatro entradas a la ciudad, el Arco de la Cárcel, a través del cual podemos adentrarnos en el casco histórico.
Palacio Ducal
De esos años bajo el señorío de los Austrias, Lerma conserva su hermoso Palacio Ducal situado en la plaza del pueblo, una de las más grandes de España (tiene una superficie de cerca de 7000 m2) y utilizada años atrás como plaza de toros, mercado o corral de comedias.
El Palacio fue el símbolo de Don Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, Duque de Lerma y uno de los hombres más poderosos del reinado de Felipe III. Durante años, en esta ciudad se dieron cita reyes, cortesanos, nobles y políticos de la época.
El Palacio es obra del arquitecto Francisco de Mora, uno de los mejores de la época. Este Palacio, a excepción de los ducales que solo cuentan con dos torres, posee cuatro, ya que fue el propio duque de Lerma quien, haciendo una pregunta trampa al rey para pedir su autorización, así lo ordenó.
El Palacio, con una fachada muy similar al de El Escorial, está compuesto por 210 balcones y 135 ventanas.
Además del Palacio, en la Plaza Mayor se sitúa otro de los monumentos más importantes de la ciudad como es el Monasterio de San Blas.
Actualmente, el Palacio Ducal es el Parador Nacional de Turismo.
Monasterio de Santa Clara
Otro de los lugares de visita obligada si viajas a Lerma es el Monasterio de Santa Clara o de la Ascensión de Nuestro Señor, primer convento que se construyó.
Mariana de Padilla, nuera del duque de Lerma, fue la que ordenó su construcción. Actualmente está habitado por las monjas clarisas.
Junto a este monasterio nos encontramos con la Colegiata de San Pedro, construida en el siglo XVII, llegó a ser una abadía dependiente de Roma.
Mes del Barroco
El barroco fue la época dorada de Lerma y por ello, cada verano, durante el mes de agosto, numerosos músicos y artistas de diferentes disciplinas se dan cita en este pueblo para celebrar la Fiesta del Barroco. Durante cinco días, músicos, gigantes, malabaristas, cabezudos y zancudos pasean por las calles de la ciudad celebrando y rememorando esta época.