Los 88 peldaños que hay que superar para empezar a ser feliz

¿Conoces la fórmula para olvidarte de los problemas y empezar a ser feliz? El emprendedor Anxo Pérez asegura que sí. De este modo, nos lo transmite en su nuevo libro Los 88 peldaños de la gente feliz (Ed. Alienta), que pertenece a la colección 88 Peldaños. También forman parte de esta dos obras anteriores que se han convertido en best-sellers: Los 88 peldaños del éxito y La inteligencia del éxito. Dos guías que son referentes dentro de la temática de desarrollo personal al igual que otros libros de autoayuda. En este, el autor asegura descifrarnos en 88 peldaños las claves para alcanzar la felicidad.

El éxito interior

Si bien las otras dos obras predecesoras se centran en el éxito exterior, esta busca el interior. Y precisamente el autor asegura que trabajar lo más profundo de cada uno es la mejor manera de obtener beneficios de cara a nuestra felicidad, realización íntima, además de para lograr la paz con nosotros mismos.

Anxo Pérez parte de la idea de que nuestro interior es un binomio en el que hay dos elementos, uno es la parte más pura, que es la luz, y la otra es el ego, la más perjudicial, que es nuestra sombra. “Y ambas están en constante tensión entre sí. Yo las defino como el gran binomio, y la tensión existente entre ellas, como la gran batalla”.

Así, la clave es encontrar el equilibrio entre las dos. En realidad, para el escritor la manera de alcanzar el éxito interior, supone domesticar el ego. Pero llegar a ello es un proceso lento que implica varias medidas. Hay que analizar por ejemplo cuáles son nuestros miedos e inseguridades, que muchas veces son los que nos paralizan, los que nos impiden avanzar.

La auto-observación como un proceso que implica cuatro fases: parar, reflexionar, decidir y actuar, es otra de las pautas para iniciar ese camino a la felicidad.

Dinero o soledad

Después analiza cuestiones tan presentes en el siglo XXI como el papel del dinero en nuestras vidas o la soledad. En este sentido, Pérez hace una reflexión: “La solución […] no está en llenar tu vida de personas, ya que eso lejos de abordar tus miedos, los perpetúa. La solución no está en cruzar los dedos para que tus hijos no se vayan a vivir muy lejos; no está en suplicar a tu pareja que no te deje; no está en rezar para tener la suerte de no quedarte viudo o viuda. Está en... curar tu sensación de dependencia.”

Por último, nos invita a detenernos un momento, cuando podamos, y para pensar, porque “la meditación es la mejor manera de domesticar la mente”, y en paralelo nuestra voz interior. “El mayor dolor a veces no lo provoca la situación que atraviesas, sino todo lo que tu voz interior te dice con respecto a ella.”