Marco Herrera
Libros
Clásicos de la literatura que tienen el verano y el calor como elemento protagonista
Estas obras utilizan las características propias del verano para acentuar y dramatizar sus historias
El verano es una estación especialmente aprovechable en determinados géneros literarios y cinematográficos. Clásicos de la literatura como Escucha la canción del viento (1979) de Haraki Murakami o Un verano en Lesmona (1893-1896) de Marga Berck; y del cine como La noche de la iguana (1964) de John Huston o Fuego en el cuerpo (1981) de Lawrence Kasdan aprovechan a la perfección las características de la época estival para redondear sus historias. Veamos algunos clásicos de la literatura con el verano como telón de fondo.
El gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald (1925)
La mayoría de la gente probablemente recuerda a Nick mirando la luz verde al final del muelle. O la fiesta improvisada que los Buchanans organizan en el Hotel Plaza. Fitzgerald utiliza el verano para lograr un efecto perfecto: su calor claustrofóbico y pegajoso, y una atmósfera incómoda y sofocante en todo el sentido de la palabra. De hecho, toda la trama de Gatsby refleja el verano. La tensión aumenta con el calor y el desenlace final llega con el primer frío del otoño.
'El gran Gatsby' (Anagrama)Muerte en Venecia, de Thomas Mann (1912)
El escritor alemán Gustav von Aschenbach viaja a Venecia en busca de la inspiración perdida. Una vez instalado en el hotel en la playa del Lido, conoce a un adolescente polaco de gran belleza: Tadzio. De inmediato, el muchacho desata su imaginación y se convierte, sin saberlo, en el destinatario de sus textos. En ese momento, la novela de Thomas Mann se convierte en la novela sobre un escritor que se ha reencontrado, a su manera, romántica y atormentada, con la vida.
El Sueño de una noche de Verano, de William Shakespeare (1595)
Los polígonos de amor entrelazados de Shakespeare comienzan a complicarse desde el principio: Demetrius y Lysander quieren a Hermia, pero ella solo tiene ojos para Lysander. La mala noticia es que el padre de Hermia quiere que Demetrius sea un yerno. En el exterior está Helena, cuyo amor no retornado arde por Demetrius.
Hermia y Lysander planean huir de la ciudad al amparo de la oscuridad, pero son perseguidos por un enfurecido Demetrius (quien es perseguido por una Helena embelesada). En el bosque, sin el conocimiento de los mortales, Oberon y Titania (Rey y Reina de las hadas) se pelean por un criado.
'El sueño de una noche de verano' (Mestas Ediciones)Helena o el mar del verano, de Julián Ayesta (1952)
El calificativo de "libro de culto" encaja bien con esta obra delicada, considerada una de las novelas más extraordinarias de la posguerra española. Sugestiva y lírica, Julián Ayesta nos traslada a la costa asturiana para evocar el primer amor en dos veranos, el del conocimiento y el del olvido, con un invierno que los espacia y los divide. El amor que se recuerda es el amor de Helena, pero también el amor por la infancia perdida y por los territorios idílicos a los que jamás se regresará.
'El Jarama', de Rafael Sánchez Ferlosio (1955)
Aunque su recién fallecido autor acabó renegando de ella, El Jarama marcó un antes y un después en la narrativa española de posguerra. Premio Nadal en 1955 y Premio de la Crítica en 1957, abarca dieciséis horas en la vida de un grupo de muchachos madrileños que deciden pasar junto al río Jarama un caluroso domingo de verano. Escapan de las altas temperaturas, del aburrimiento y también de cuanto la vida de ciudad les tiene impuesto y preparado.
'El Jarama' (Destinolibro16)