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El arqueólogo David Wengrow publica, junto con el ya fallecido David Graeber, el libro 'El amanecer de todo' (Ariel), un ensayo nacido "del sentido del asombro" que generó en los autores comprobar cómo a raíz de la crisis económica del año 2008 volvieron al debate algunas teorías en sus respectivos campos que creían ya "refutadas".
"Nos llevamos haciendo las preguntas equivocadas mucho tiempo", ha señalado Wengrow en una entrevista con Europa Press, en la que surge como ejemplo la reciente pandemia de coronavirus. "Las pandemias han sido características de la vida humana durante los últimos 10.000 años y hay una teoría generalizada que habla de que los grandes cambios solo se producen después de catástrofes como esta o de guerras, lo que es totalmente falso", ha apuntado.
"Hay muchos ejemplos maravillosos de esto, como el de la ciudad antigua de Teotihuacán, donde empezaron construyendo grandes pirámides para sacrificios humanos y unas cuantas generaciones después dejaron de hacerlo para invertir esos recursos en rediseñar la ciudad con casas maravillosas. Y no hay ninguna sola evidencia de que hubiese una guerra o pandemia para cambiar jerarquías", ha explicado.
Otro ejemplo que sale a colación es el de la Grecia antigua, considerada el 'padre' de la democracia, cuando para Wengrow tenían "una idea poco común de lo que las sociedades actuales consideran este sistema". "Se asocia con las elecciones de partido, mientras que la democracia de la Grecia clásica era un juego competitivo con perdedores y ganadores. Es más, los griegos clásicos sentían que las elecciones eran antidemocráticas, porque animaba y alentaba al auge de líderes democráticos", ha apuntado.
En cualquier caso, el arqueólogo considera "un error" el buscar modelos de sociedades del pasado para la actualidad. "Cuando se habla de problemas contemporáneos hay que buscar soluciones contemporáneas, como hicieron otras sociedades en su momento cuando se sintieron atrapadas y así surgieron ciudades, Estados o se pasó al modelo de la agricultura", ha matizado.
Occidente son "los salvajes"
Wengrow trae a colación la necesidad de salir de la visión estandarizada de las sociedad actuales, recordando en el libro cómo los "salvajes" para varias tribus indígenas son los propios ciudadanos occidentalizados, "que viven condicionados por el dinero incluso en sus espacios más íntimos".
"Permitimos que el dinero entre en las relaciones entre padres e hijos, entre los hermanos...no es que los indígenas no utilicen el dinero, ya que muchas sociedades tenían sus propias monedas como por ejemplo las conchas. La gran diferencia entre su dinero y el nuestro es que ellos solo lo utilizan en casos específicos y nunca permitirían que se convirtiera en la forma de interactuar con amigos y personas más cercanas", ha lamentado.
Una guerra "catastrófica"
De igual manera, considera que las sociedades actuales "no se deben limitar a mirar en las grandes revoluciones o ideologías de los últimos 200 años" para alcanzar sistemas más igualitarios o libres. "La situación actual en Europa es el mejor ejemplo de estar atascado: en términos geopolíticos, los Gobiernos están paralizados y no son capaces de prevenir una guerra catastrófica debido a las cadenas de dependencia del gas", ha lamentado.
"Todo esto que está ocurriendo entre Putin y la UE trae al foco la convergencia entre problemas sociales y políticos. Así que, en cierto modo, puede que lo que esté pasando en realidad demuestre que lo se necesita son soluciones globales, no aquellas que diseccionan a la sociedad humana en diferentes categorías (problemas políticos, económicos...)", ha concluido.