Dos libros que recuperan la vida de catalanes ilustres, 'Vides catalanes que han fet història', volumen dirigido por Borja de Riquer y asesorado por Joaquim Albareda, Mita Casacuberta y Josep M. Salrach y 'Catalanes en la historia de España', de Ricardo García Cárcel y María Ángeles Pérez Samper, de Ediciones 62 y Ariel, están entre los más vendidos del año 2020, lo que indica que el protagonismo de los catalanes a lo largo de la historia ha sido desde el pasado siglo una apuesta editorial segura.
En 'Vides catalanes que han fet història', un volumen dirigido por Borja de Riquer y asesorado por Joaquim Albareda, Mita Casacuberta y Josep M. Salrach de casi mil páginas, un centenar de autores abordan otro centenar de biografías de catalanes, con un inicio y un final femenino. La primera entrada está dedicada a Santa Eulalia en el año 290 d.C. y la última a Montserrat Roig fallecida en 1991. Se trata de un voluminoso repertorio biográfico de alta divulgación.
En 'Catalanes en la historia de España', dirigido por Ricardo García Cárcel y María Ángeles Pérez Samper el enfoque es bien distinto. En la obra se analizan la trayectoria de trece catalanes con un protagonismo muy relevante en la España de su tiempo y concluye con un capítulo de Francesc de Carreras dedicado a los catalanes en la Transición. Sobresale el capítulo introductorio en el que se explora la dialéctica Cataluña-España, tanto en sus periodos de colaboración como en los de conflictos.
En ambos volúmenes hay coincidencias relevantes como son, por ejemplo, los casos de Plá o Cambó, pero mientras en el libro dirigido por Riquer se incide en la preeminencia de su catalanidad, en el volumen publicado en Ariel se subrayan los lazos de unión y los proyectos compartidos, aunque fracasasen al colisionar la voluntad ser catalán y la de estar en España.
Personajes, políticamente tan alejados, como Pi y Margall, Víctor Balaguer o Demetrio Carceller simbolizan también las constantes y trascendentales aportaciones de Cataluña en la construcción de la España contemporánea. En esos casos se trató de sumar intereses y horizontes fuera en el espacio cultural, político o económico. Fueron catalanes que creyeron y practicaron la compatibilidad del patriotismo catalán y el español en épocas diferentes y conflictivas, pero no exentas de momentos de sociabilidad y colaboración. Para Carceller, la expansión económica de Cataluña era también la de España o, dicho de otro modo, una forma de “negocis a la mediterrània” desde la capital de del Estado. Para Balaguer, la historia de Cataluña era también la historia de la libertad en España.
En definitiva, estas dos obras tienen objetivos bien distintos, pero con enfoques tan plurales como el mercado lector al que va dirigido. Una excelente oportunidad para conocer las múltiples identidades de un buen número de catalanes, protagonistas de la Historia.
