‘Eclipses de silencio’, de Soledad Gil, un poemario que libera el alma y los sentimientos

Soledad Gil Portela es oriunda de Lugo, nació en esta ciudad gallega en el año 1985. Siempre ha sido una apasionada de las artes y de las letras. Desde que era muy pequeña le gustaba dibujar hasta que finalmente en la adolescencia se decantó por la escritura y en concreto por la poesía. Así hasta que finalmente de la mano de la editorial Círculo Rojo Grupo Editorial (@Edicirculorojo), ha publicado su primer poemario: Eclipses de silencio.

Una evasión

Esta obra es fruto de una profunda reflexión de la autora con los pensamientos más profundos del ser humano. Para ella la escritura es un elemento de evasión y una forma de poder dar rienda suelta a sus sentimientos. Siempre la ha utilizado de este modo, desde que era una adolescente, algo que además la llevó a obtener el reconocimiento del centro de estudios poéticos de Madrid.

Gil Portela confiesa que este recopilatorio de poemas lo empezó a escribir hace diecinueve años concluyéndolo en el año 2007. Son muchos años de experiencias, de sensaciones, de alegrías y frustraciones que la poetisa recoge a través del sentimiento de la palabra. Para ella es una forma de liberar la rabia, el dolor o el fracaso, todas ellas sensaciones que el ser humano experimenta a lo largo de este complejo camino que es el de la vida.

"Muchas emociones que muestran mi realidad en una determinada etapa de mi vida, un universo de luces y sombras, una liberación de mis demonios y todo lo que nos quedamos dentro y necesitamos sacar en algún momento de nuestras vidas", explica la autora.

La liberación

A través de estos poemas nos adentramos en aquellos momentos en los que el alma se desgarra. Se trasluce lo que pasar por nuestra mente cuando sentimos que el corazón no nos responde. Pero, ¿qué ocurre con todas esas palabras que al final no decimos? La autora se pregunta hacia dónde va todo aquello que no nos permitimos sentir.

En la poesía de Soledad Gil Portela se aprecia esa lucha entre los que sentimos y los demonios que a todos nos asolan. Las luces y las sombras se entremezclan, y gracias a las palabras se consiguen liberar los “gritos mudos que se agarran al alma”. De este modo, la escritora no hace más que mostrar esos momentos de debilidad o sufrimiento que todos experimentamos en alguna ocasión. Sin embargo, también sabemos que al final pasan, porque al liberarnos de un modo o de otro, viene la luz, y descubrimos que solo son etapas de la vida y que se acaban.