Vuelve 'Harold y Maude', la inolvidable historia de amor entre un adolescente y una mujer de 79 años

Harold y Maude, la extravagante novela de Colin Higgins que llegó a la gran pantalla de la mano del singular y oscarizado director Hal Ashby (En el calor de la noche) estaba descatalogada desde hace tres décadas y era prácticamente imposible de encontrar, pero ahora, coincidiendo con el aniversario de los 50 años de su publicación la editorial Capitán Swing ha tenido la magnífica idea de recuperarla con una traducción de Catalina Martínez Muñoz.

Harold y Maude comenzó como la tesis doctoral de Colin Higgins en la Escuela de Cine de la UCLA, antes de convertirse en la célebre película dirigida por Ashby. Tras su estreno el film en la productora, Paramount, cundió el pánico. La cinta, en la que Bud Cort daba vida al joven adolescente y Ruth Gordon (por aquel entonces estaba casada en la vida real con un hombre 16 años menor que ella) era su anciana partenaire, fracasó en taquilla y recibió unas críticas que eran mucho más que demoledoras. Lo cierto es que la crítica de la época se horrorizó ante la historia de amor de los protagonistas.

Tal vez la sociedad no estaba preparada hace medio siglo para recibir un impacto como el que proporcionó la novela de Colin Higgins, pero lo cierto es que con el paso del tiempo el fracaso inicial fue convirtiéndose en éxito incontestable y la película se convirtió por derecho propio en un título de culto.

En 1983 el New York Times publicó un artículo en el que bajo el título de "Doce años después, por fin, Harold and Maude es una película rentable", anunciaba que el film, del que en 1975 se estrenó una adaptación teatral, obtenía beneficios después de exhibirse "92 semanas consecutivas en Boston, 112 semanas en Montreal, dos años en París y 114 semanas consecutivas en un solo teatro de Minneapolis".

De hecho la actriz Ruth Gordon, que para entonces ya tenía 86 años y que fallecería apenas dos años después, explicó que cuando un día recibió por correo un sobre en el que había un cheque por valor de 50.000 dólares de la época, unos 120.000 dólares de hoy en día, casi lo tira a la basura pensando que se trataba de publicidad. "Pensé que era uno de esos bingos del Reader’s Digest", explicó. Por su trabajo en Harold y Maude el año 1971, Ruth Gordon había percibido el sueldo estipulado en el contrato, pero doce años después no podía imaginar que recibiría además su porcentaje de taquilla.

En la novela/película, Harold Chasen tiene 19 años y está obsesionado con la muerte. Simula suicidios para sorprender a su egocéntrica madre, conduce un coche fúnebre y asiste a los funerales de completos extraños.

La historia comienza con Harold en su casa subido en una silla con una soga al cuello y música de Chopin de fondo. Cuando el joven escucha llegar a su madre, da una patada a la silla, se ahorca y en su cara destacan unos ojos desorbitados y una negra lengua fuera de la boca. Cuando su madre le ve dice: “La verdad, Harold, supongo que te parece muy divertido. Por lo visto te trae sin cuidado que esta noche vengan a cenar los Crawford".

Por su parte Maude Chardin, tiene 79 años y adora la vida. Es una activista que se dedica a liberar árboles de las aceras de la ciudad para trasplantarlos en el bosque, pinta sonrisas en los rostros de las estatuas de la iglesia y "toma prestados" automóviles para recordarles a sus dueños que la vida es fugaz y que "¡hoy está aquí, mañana no!".

Harold y Maude se encuentran casualmente en un funeral al que ninguno de los dos estaba invitado, porque ninguno de los dos conocía al difunto, y esa casualidad se convierte rápidamente en una locura, en un vertiginoso romance gracias al cual Harold se da cuenta de que vale la pena vivir y para celebrarlo aprende a tocar el banjo.

Esta película, cuya banda sonora son canciones de Cat Stevens y que merece la pena ver, realizada a partir de un pequeño libro que merece la pena leer, no solo es una preciosa historia de amor intergeneracional, pero también es un grito de libertad y una profunda reflexión sobre la muerte y sobre la pasión por vivir la vida. Estamos ante una maravillosa celebración de la vida.