José Carlos Plaza (1943) lleva más de 60 años dedicado al teatro. A lo largo de su carrera ha dirigido montajes diversos que abarcan desde los clásicos griegos a Valle Inclán o Lorca, sin olvidar a Shakespeare o Tennessee Williams. En total, más de 100 obras de teatro y 80 novelas.
Además de dramaturgo, Plaza dirigió durante cinco años el Centro Dramático Nacional (1989-1994), y también se ha dedicado a la enseñanza actoral. Todo su trabajo ha sido reconocido en forma de premios tan relevantes como el Premio Nacional de Teatro, que ganó en 1967, 1970 y 1987, el Fotogramas de Plata, el Premio Corral de Comedias 2009 del Festival de Teatro Clásico de Almagro, el Premio Ciudad de Valladolid o el Premio Mayte.
Toda esta trayectoria ahora está reflejada en Haz. Otra mirada a la vida desde el escenario (Alianza Editorial), un libro autobiográfico, que tal y como nos cuenta el dramaturgo a 65YMÁS, refleja "lo que he ido viviendo y contemplando a lo largo de mi vida. A la hora de escribir, no pensé tanto en una autobiografía y por eso decidí coger mis montajes y conforme iba viendo los trabajos de las obras que he hecho, que son muchísimas, me iba acordando e iba contando lo que a través de ellas había visto. La línea vertebral son mis montajes", nos explica.
Con sus montajes como base, nació este libro que "es una mirada de lo que pasaba a mi alrededor, no tanto lo que me pasaba a mí, y si hay hechos que me pasaban a mí, cómo estos repercutían en la sociedad. He usado una función, una anécdota para hablar de lo que yo contemplaba que pasaba en la sociedad, que durante mucha época de mi vida fue terrible porque fue contra y frente al franquismo", asegura.
En ese alrededor del que habla Plaza se encontraban rostros tan conocidos como Ana Belén, Concha Velasco, Josefina Molina, Héctor Alterio, José Saramago, Charo López, Berta Riaza, Carlos Hipólito, María Luisa Merlo, o Enriqueta Carballeira, entre otros.
Junto a ellos, el dramaturgo recordará su primer acercamiento al Teatro Estudio, sus primeras clases y actuaciones, su dilema entre actuar y dirigir, su implicación política, los problemas con la censura que afectaban a los montajes, las distintas escuelas y compañías por las que pasó...
"Hay más momentos bonitos que tristes"
Volver al pasado no siempre es fácil, y el dramaturgo nos confiesa que ha habido momentos difíciles de recordar como "cuando me detuvo la polícia franquista por intentar luchar por una Junta Democrática que pudiera no ser un Sindicato Vertical, la muerte de mi maestro, una operación que tuvo mi nieta, o la muerte de una vecina, son algunos de ellos. Te hacen reflexionar sobre la muerte o la pena. Pero hay muchos más bonitos que tristes", asegura.
Y por eso, en estas memorias no podía faltar su estancia en Nueva York, su trabajo en el mundo de la ópera y su pasión por enseñar.
Plaza tardó siete meses en escribir todas estas anécdotas, y cuando terminó se sintió igual que cuando estrena una obra nueva: "La sensación que tengo es de que el trabajo está hecho. Luego me pongo enfermo y vuelvo a empezar", bromea.
En este libro no hay nada elegido al hazar, y el título no iba a ser menos. Plaza nos confiesa que él mismo eligó el titíulo, y aunque "ha sido muy controvertido, con opiniones en contra y a favor, me he salido con la mía porque lo más importante de mi vida ha sido hacer. El 'Haz' es una frase que usamos en teatro. Yo siempre les digo a los actores que piensen y trabajen mucho, porque lo más importante siempre es hacer. No les permito que sean tertulianos de la vida. Tienen que actuar con sus votos, sus acciones y ser parte activa de la sociedad, no contemplarla desde fuera".
Con sus memorias acabadas y ya disponible en librerías, el dramaturgo está inmerso en la obra de teatro, La mujer sin nombre, que pretenden estrenar en Madrid próximamente.