65ymás
El escritor Luis Landero, que publica nueva novela, La última función (Tusquets), considera que España está "enferma" de política y en los últimos años se está viviendo "una mezcla de comedia, drama, sainete y esperpento" en este campo.
"Es como una obra de teatro sin papeles claros, donde lo único que hay es un enorme guirigay en el escenario, donde nadie se entiende con nadie y todos gritan: da una sensación de locura y es algo tremendo", ha lamentado el autor extremeñor en un encuentro con la prensa.
Para Landero, los ciudadanos españoles son "espectadores y un poco también víctimas" de este clima político, lamentando que los políticos no se "ocupen de la cosa común, sino de sus cosas personales". "Están más pendientes de sobrevivir, de echarle la zancadilla al otro y derribarlo que del bien común de todos".
El Premio Nacional de las Letras 2022 califica de "cotilleo tóxico" el nivel de la política española que podría terminar "contaminando" a los ciudadanos. "La política es una herramienta para convivir, todo ese guirigay y todas esas broncas, puede terminar contaminando a los demás. Aunque yo eso ahora desde luego no veo que ocurra entre la gente", ha alertado.
En lo que respecta a la cultura, tampoco tiene claro que un Ministerio en exclusiva para el sector sea la solución. "A mí no me parecía mal que la cultura y la educación vayan juntas, porque se habla mucho de cultura y poco de educación cuando creo que esto es lo realmente importante", ha señalado Landero.
El escritor no cree que un Ministerio de Cultura "vaya a cambiar nada". "Un Ministerio puede hacer cositas, pero no va a cambiar nada porque la cultura tiene que ser un proyecto común: está en las escuelas, está en las familias, está en la sociedad y tiene que estar en los medios de comunicación. Esa es la cultura, es algo que impregna a toda la sociedad", ha reiterado.
Los "milagros" turísticos
Luis Landero (Europa Press)
En La última función, Landero cuenta la historia de Tito Gil y Paula, unidos en una huida hacia delante de sus vidas con la puesta en marcha de una obra de teatro en un pueblo que podría ubicarse en lo que se conoce como la 'España vacía'. Pese al trasfondo de ese abandono rural, el autor considera esta obra "un canto al teatro".
"Quizás sea un tema más subsidiario ese abandono del pueblo, que entra en una espiral imparable de decadencia y los vecinos, en un modo desesperado, intentan salvarlo a través de los milagros turísticos", ha explicado. Y son esos "milagros turísticos" los que quizas, para Landero, hayan permitido en ocasiones subsistir a zonas despobladas.
"El asunto es viejo, ese 'boom' turístico y económico de los años 60 que provocó a la vez un crecimiento deshumanizado y brutal de las grandes empresas", ha señalado el autor, quien reconoce también que no le "acaba de gustar" el término 'España vaciada'. Es imparable este fenómeno de despoblación, ¿no? Sí. Bueno, yo no sé. "Creo que es un fenómeno imparable, pero también están intentando dinamizar las zonas. Pero no sé de qué manera, la verdad", ha apuntado.
Amor romántico y móviles
Hay en esta novela también una reflexión sobre el "romanticismo" en el amor. "Nos han educado en los boleros, en la música pop y en todo esto que te envenena el alma. Cuando eres joven casi te obliga a enamorarte y en el fondo todo esto del romanticismo no es más que un trampantojo y creador de espejismos, donde alguien se enamora a través de modelos de películas y canciones", ha lamentado.
Landero se tomará ahora "un respiro" antes de su próxima novela. El autor también ha reflexionado sobre la influencia de las nuevas tecnologías en la vida actual, así como en la de los escritores. "Todos creímos que iba a enriquecernos y lo que está haciendo es empobrecernos y agilipollarnos", ha criticado.
"Vamos a hacernos más estúpidos de lo que ya somos. Estamos con el móvil, que es adictivo y yo mismo lo noto, y nos quita tiempo: antes leía más y ahora me pongo a enredar con una especie de juguete que no sirve para nada y donde además tú no participas", ha concluido.