Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLuis Landero nació en Alburquerque, Badajoz, en 1948. A los 12 años, se traslada con su familia a vivir a Madrid. Desde muy joven, Luis comenzó a trabajar en diversos oficios: aprendiz en un taller mecánico, recadero en una tienda de ultramarinos, auxiliar administrativo... La muerte de su padre en 1964 dio alas al joven para dedicarse profesionalmente a la guitarra flamenca: junto a su primo fue guitarrista acompañante de diversos cantantes durante algunos años. Aproximadamente por esta época, y a pesar de haber tenido una niñez en la que los libros estuvieron ausentes, comenzó una afición casi obsesiva por la literatura que ya no abandonaría nunca.
Estudió Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid y ejerció como profesor ayudante. Fue profesor de Lengua y Literatura españolas en el instituto Calderón de la Barca de Madrid, en la Escuela de Arte Dramático de la capital y en la Universidad de Yale. El éxito de su primera novela, Juegos de la edad tardía, publicada cuando su autor contaba más de cuarenta años, le sirvió para poder dedicarse a la escritura. La crítica ha destacado de su obra sus raíces cervantinas y el uso de un lenguaje cuidado y denso tras una aparente sencillez. Traducido a varias lenguas, Landero es ya uno los nombres esenciales de la narrativa española.
En su honor se dio nombre al Certamen Literario de Narraciones Cortas Luis Landero, que se convoca a nivel internacional para todos los alumnos de secundaria de los países hispanoparlantes.
Algunas de sus novelas posteriores han sido Caballeros de fortuna, Absolución (2012, mejor novela española del año según El País), El balcón en invierno (2014, Premio Libro del Año de los libreros de Madrid en 2015), La vida negociable y Lluvia fina, publicada hace dos años.
En febrero de este año llegó a las librerías la que es, hasta ahora, su última novela: El huerto de Emerson, publicada por Tusquest. Landero retoma la memoria y las lecturas de su particular universo personal donde las dejó en El balcón en invierno. Y lo hace volviendo a trenzar de manera magistral los recuerdos del niño en su pueblo de Extremadura, del adolescente recién llegado a Madrid o del joven que empieza a trabajar, con historias y escenas vividas en los libros con la misma pasión y avidez que en el mundo real.
En El huerto de Emerson asoman personajes de un tiempo aún reciente, pero que parecen pertenecer a un ya lejano entonces, y tan llenos de vida como Pache y su boliche en medio de la nada, mujeres hiperactivas que sostienen a las familias como la abuela y la tía del narrador, hombres callados que de pronto revelan secretos asombrosos, o novios cándidos como Florentino y Cipriana y su enigmático cortejo al anochecer.