La escritora y periodista Pilar Eyre ha presentado su nueva novela 'Cuando éramos ayer' (Planeta), con la que quiere llenar la "especie de vacío de la vida íntima" de las mujeres desde 1968 a 1992, los años en los que está ambientado el libro.
En un almuerzo con periodistas en Barcelona, Eyre ha apuntado que los años que van desde el Mayo del 68 a los Juegos Olímpicos están muy documentados pero que ella no se veía "reflejada" en la crónica oficial de la época.
El libro retrata cómo Silvia Muntaner, hija de una familia burguesa de Barcelona, se rebela contra sus padres y, como estudiante de Filosofía y Letras y participando en la lucha antifranquista, se adentrará en la vida adulta en el turbulento contexto del tardofranquismo y la Transición.
La narración, según ella, empieza de forma "ligera", con mucha crónica de ambiente, pero se va endureciendo con el paso de los años e incluso contempla los estragos del VIH en la sociedad.
Eyre ha asegurado que todos los personajes de la novela han existido –algunos aparecen con nombre real y otros con nombre ficticio– y todo lo que se narra ha sucedido.
Por ejemplo, aparece el entonces príncipe Juan Carlos cenando en el restaurante Via Véneto con una mujer que no era Sofía: "Yo sé quién es, y ella lo deducirá", ha confiado.
También adopta un punto de vista crítico con el exilio y con el PSUC, identificando el "machismo" imperante en la política de la época y reflexionando sobre las preguntas que ha suscitado por el hecho de ser una barcelonesa castellanohablante.
Juego autobiográfico
"Todas esas vidas contribuyeron a cimentar lo que somos ahora. No quiero que pasen por la vida de forma efímera, quiero que alguien las recuerde, y yo tengo la misma edad que la protagonista", ha reflexionado.
Ha añadido que, en una primera versión de la novela, ella aparecía como un personaje, junto a su mascota, pero pese a que quería "asomarse" a la narración, sus editoras le dijeron que ya no tenía que salir en sus libros.
Eyre ha apuntado que sus dos oficios, periodista y escritora, no tienen nada que ver, y ha confesado que cuando escribe una novela, suele tener que desechar el primer capítulo entero, a indicación de sus editoras, porque está "demasiado dominado" por el tono periodístico.
Eyre también ha ensalzado la fotografía de portada, obra de su amigo Oriol Maspons, en la que se ve una joven en un palco del Liceu: "Es una forma de estar unidos desde el más allá".
"Si una generación hubiera escrito su autobiografía, me gustaría creer que hubiera salido este libro", ha concluido la autora.
