¿Quiénes fueron los verdaderos conspiradores de la Guerra Civil?

Respondiendo a una pregunta ¿Quién quiso la Guerra Civil? (Ed. Crítica), que después de tanto tiempo, tal vez ya tendría que tener una respuesta, Ángel Viñas ha vuelto a las librerías. En esta obra, el escritor y catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, expone los resultados de una investigación profunda que ha efectuado en archivos españoles, franceses y británicos, y que aporta nuevos datos para responder a esta pregunta. Basándose además en evidencias provenientes de Roma desconocidas hasta ahora, el autor descubre la estrategia de los conspiradores monárquico-fascistas contra la República y cómo fueron decisivos en el desarrollo de la Guerra Civil.

Aciertos y errores

Viñas asegura que es consciente de que la tesis que expone en este texto no es realmente nueva, pues es la que clásicamente han defendido autores de la izquierda. Sin embargo, él aporta el estudio de una docena de documentos para esclarecer sus aciertos y errores. Sí coincide en situar a los monárquicos, a los fascistas y al empresario Juan March como promotores de la Guerra Civil. Pero considera un error colocar en primer lugar a Hitler y a sus cohortes, “quizá porque el nazismo siempre tuvo una peor imagen, ampliamente justificada”, asegura el escritor.

En su opinión y tras su estudio, pese a que algunos historiadores se han encargado de calificar a la República de “excluyente”, realmente quienes desempeñaron este papel fueron los monárquicos y los militares de la UME (Unión Militar Española, asociación clandestina de jefes y oficiales del Ejército). Los conspiradores de este bando se centraron en obtener armamento, a la par que crearon un “estado de necesidad” que justificara el alzamiento militar. “En ello desempeñó un papel esencial el dúo Sanjurjo-Calvo Sotelo, seguido por Goicoechea, Sainz Rodríguez, Orgaz, Galarza y muchos otros, militares y civiles”.

Además apunta que la derecha extrema monárquica fue muy insistente y logró algo que nos consiguieron los carlistas, que es un apoyo exterior sólido y consistente.

Los rastros de las conspiraciones

Estas son algunas de las conclusiones que argumenta el catedrático emérito para responder a la pregunta que da título a su obra. Pero en esta disertación también aclara la posición de Hitler y Mussolini o la importancia de Juan March en la contienda, el “máximo financiador de la conspiración monárquica”.

Como el mismo Ángel Viñas sugiere, cuando se conspira se procura que no queden evidencias escritas, pero aun así siempre quedan rastros, y estos son los que él ha seguido.