Un viaje impreso para conocer Copenhague, una de las mecas gastronómica del mundo

La llamada Nueva Cocina Nórdica, que comenzó a despuntar en el año 2005, es en parte la responsable de que Copenhague se convierta en un destino culinario de prestigio. De hecho, la capital de Dinamarca es ya una de las mecas gastronómicas del mundo, y en la actualidad alberga algunos de los mejores restaurantes. También resulta ser capital europea de moda, una de las urbes catalogadas como de las más felices del planeta y epicentro del hygge (acogedor). Este es un estilo de vida basado en lo sencillo, pero lo confortable, y que ha llamado la atención a muchos sectores de otros rincones. En Copenhague: un viaje gastronómico (Ed. Lunwerg @Lunwergfoto), de Christine Rudolph y Susie Theodorou, podemos conocer cada detalle de esta cosmopolita localidad.

Tradiciones culinarias

En este volumen, el lector podrá acercarse a las tradiciones culinarias de Copenhague a través de 100 recetas que van desde el pan para preparar el tradicional smørrebrød o sándwich abierto hasta los secretos de un buen ahumado, pasando por los arenques marinados o los encurtidos de toda clase.

Las imágenes son obra de Christine Rudolph y las ilustraciones de Tusnelda Sommers, consiguiendo así hacer un viaje gastronómico gráfico y visual muy completo, que despierta todos los sentidos, además de las ganas de visitar la ciudad de La Sirenita.

Las premisas de este estilo culinario que han dado lugar a que Copenhague sea referente de la comida nórdica, son tres: sencillez, humildad y un gran respeto por el producto. Se caracteriza por emplear productos tradicionales de proximidad, y todos ello se entremezcla de forma sencilla, en recetas fáciles y sabrosas. “Con independencia de lo grande o pequeño que sea un restaurante, los chefs siempre tienen muy en cuenta los ingredientes, de modo que establecen estrechos vínculos con los productores y elaboran la carta de acuerdo con las frutas y verduras de temporada”.

La importancia de los ingredientes

Los daneses son conscientes de la importancia de los ingredientes que comemos y muchos de ellos cultivan en sus propias azoteas o en jardineras hierbas aromáticas y verduras, y abundan los pequeños huertos urbanos. “Esta pasión por la gastronomía, la naturaleza y el buen comer acentúa el ambiente hygge (acogedor) que define a Copenhague”.

Otra singularidad es que sus restaurantes poseen grandes mesas compartidas y hay amplios espacios comunitarios en lugares públicos que invitan a comer al aire libre. Así, la cocina danesa se ha impregnado de una elegante sencillez que no tiene por qué estar reñida con el buen gusto y el sentido del lujo que aquí adquiere una dimensión diferente.

Si tienes idea de visitar la capital de Dinamarca este libro es una excelente forma de introducirse en uno de sus bienes más preciados a la par que aprendes a cocinar con este estilo tan peculiar.