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Las memorias de Woody Allen, bajo el título A propósito de nada, llegarán este jueves 21 de mayo a las librerías españolas de la mano de Alianza, una obra que ha arrastrado polémica desde antes de su publicación –en Estados Unidos ya vieron la luz el pasado mes de marzo– y en la que el cineasta detalla algunas anécdotas de su relación con España.
Por ejemplo, el autor de Manhattan dedica varias páginas a Oviedo y en especial al momento que supuso para él la concesión del Premio Príncipe de Asturias. Fue allí, en la ciudad ovetense, donde conoció al por entonces príncipe Felipe –en el año 2002– y forjaron una amistad que terminó en una cena privada en Nueva York.
"Mi familia conoce a la reina (Sofía), también al príncipe de España (Felipe), quien posteriormente vendría a cenar a nuestra casa de Nueva York. Estoy fuera de mi elemento. Hay coches delante de nuestra casa en la Noventa y dos y el servicio secreto está examinando el sótano, el techo, el jardín", cuenta Allen sobre esa visita.
No obstante, ese 'registro' de los servicios secretos los justifica el autor posteriormente. "Después de todo, el príncipe, quien posteriormente será rey de España, viene a cenar", recuerda, para luego retomar su narración de la estancia en Oviedo como consecuencia del premio.
Allen admite reconocer que "jamás había oído hablar" de Oviedo antes de la llamada para recoger el Premio y su idea era la de "pasar" de este galardón como había hecho un poco antes con el premio a su trayectoria en los Globos de Oro. "No tenía la menor intención de ir hasta allí y por favor dejadme en paz que estoy viendo el partido", relata el director de cine.
"De pronto, me llama el distribuidor de nuestra película en España con un brote de pánico. No puedo rechazar ese premio. Es el más importante de España, es enorme en toda Europa. Lo entregan el Príncipe y la Reina. Es como el Nobel para ellos", confiesa Allen, al tiempo que cree estar ante "un error administrativo".
Finalmente, aceptó y en el relato de esos días de entrega recuerda especialmente a la figura del dramaturgo Arthur Miller –"me van a conceder el mismo honor que al autor de 'Muerte de un viajante'. Esto tiene que ser una equivocación", confiesa con admiración–. La imagen con la que se quedó Allen de Oviedo fue la de "una ciudad pequeña de clima londinense que es una delicia".
El autor también tiene un recuerdo para el verano que pasó en España filmando Vicky Cristina Barcelona, en la que participaron los actores Penélope Cruz y Javier Bardem. "Qué grupo de actores. Por no mencionar a Javier Bardem, uno de los mejores actores del séptimo arte", relata el cineasta, quien también se muestra encantado con el trabajo de Cruz.
"Penélope, además de ser todo un talento, complicado y excelente, como actriz, es uno de los seres humanos más sexis de la faz de la tierra, y reunirla con Scarlett Johansson hizo que el valor erótico de cada una de ellas se cuadruplicara", señala en el texto, para luego destacar que su 'Oscar' por esta película fue "merecidísimo".
Sexo de "muy buen gusto"
Allen también explica con humor su 'batalla' por la calificación de la película a raíz de una escena de sexo entre las dos actrices. "Queríamos que la película tuviera una calificación R (que indica que los menores de 17 años deben acudir al cine acompañados de un adulto), pero sólo nos asignaron la de Guía Parental (algunos contenidos pueden no ser apropiados para niños)", ironiza.
Según el director, la decisión final de poner esa calificación a la película fue porque, según los responsables de estas etiquetas, "el sexo entre las dos mujeres estaba representado con muy buen gusto". "La única vez en mi vida que se me acusó de buen gusto terminó perjudicando el resultado de taquilla", bromea.
El director de Annie Hall recuerda ese "gran verano" que pasó en Barcelona comiendo en el restaurante Ca l'Isidre "todas las veces que se pudo" y, más adelante, aludirá al hecho de haber rodado en la capital catalana como "un sueño".
El apoyo de Bardem
Estas memorias han estado precedidas de polémica debido a que varias editoriales rechazaron publicarlas al verse envuelto en acusaciones por abusos sexuales a su hija Dylan Farrow. El cineasta dedica varias páginas a aclararlo y en un aparte menciona a las personas que estuvieron a su lado durante una campaña "injusta y asquerosa".
Además de Scarlet Johansson, Alec Baldwin o Diane Keaton, el director también resalta el apoyo del actor español Javier Bardem. "También Javier fue muy directo y expresó su furia por lo que denominó un linchamiento público", escribe para agradecer esa defensa en los días más duros de las acusaciones.