65ymás
El escritor y periodista Javier Menéndez Flores (Madrid, 1969) acaba de publicar Madrid sí hue una fiesta. La Movida y mucho más de la A a la Z (Ed. Cúpula), un libro que trasciende los contornos canónicos de la Movida y de sus vacas sagradas (Almodóvar, Alaska, Rock-Ola, Radio Futura, Nacha Pop…) y que, sin olvidarlos, va más allá porque en sus páginas se recogen otros muchos nombres que también estuvieron allí y se relatan esas otras muchas movidas que sucedieron mientras la Movida oficial se desarrollaba.
Rico en datos, curiosidades y rebosante de ironía, en Madrid sí fue una fiesta Javier Menéndez Flores detalla los atributos de aquel período de nuestra historia reciente, desde las figuras (músicos, actores, cineastas, pintores, poetas, fotógrafos, diseñadores, periodistas, políticos...) hasta los escenarios (salas de conciertos, bares), pasando por las canciones, las películas, las publicaciones, los programas de televisión, los objetos, las costumbres y hasta las sustancias estupefacientes.
Se trata de un retablo de una gran riqueza por su variedad y por las aportaciones que, en unos años imperecederos, todos sus protagonistas hicieron a nuestra cultura popular.
"En España, la llegada de la democracia, sucesora necesaria de casi cuarenta años de dictadura, de represión, de oscurantismo, de mierda, tuvo el efecto de mil primaveras e hizo que la gente tomara las calles para bailar, beber, volar, follar, vivir. Madrid se convirtió en el centro neurálgico de esa gran fiesta colectiva, en la que una serie de artistas de distintas disciplinas coincidieron y conformaron un ambiente lúdico/cultural que recibió el nombre de Movida", explica el autor.
Y todo aquello ocurrió de manera puramente espontánea, sin que mediara proyecto alguno. "Es esa falta de planificación desmonta la teoría, pese a la evidente paradoja, de que la Movida fuese un movimiento: a diferencia del arte pop o la Nouvelle vague, no existieron un propósito artístico ni una corriente intelectual concretos", apunta Menéndez Flores.
"Mientras salían cada noche, aquellos aspirantes a estrella intentaban poner algo, bien fuera una canción, una película, un libro, una pintura o un traje, a salvo de la muerte. Pero casi siempre desde una perspectiva individualista, sin conciencia de grupo", asegura Menéndez Flores que entre sus ya 14 libros pñublicados cuenta con una trilogía dedicada a Joaquín Sabina (Perdonen la tristeza, En carne viva y No amanece jamás), el único volumen autorizado sobre el grupo Extremoduro, De profundis y también es autor de la biografía sobre Dani Martín Soñar no es de locos.
Respecto al debate nunca cerrado de quiénes fueron sus miembros de derecho y quiénes simplemente pasaban por allí, "se ha definido a la Movida como la consecuencia, no sé si lógica, de la Nueva Ola, o esta la antesala de aquella, pero por más que esa aseveración tenga fundamento y quizá fuera así en su origen, aquel no-movimiento desembocó enseguida en algo mucho más ancho, más largo y más hondo. Puesto que cuando una inmensa olla a presión explota, provoca una onda expansiva considerable. Y limitar entonces ese estallido de libertad/creatividad a una élite eminentemente musical e influenciada por la new wave y el punk anglosajones no parece ser exacto ni justo", apunta Javier Menéndez .
Este libro, concebido como un diccionario enciclopédico que "trasciende los contornos canónicos de la Movida y de quienes ostentan el papel de vacas sagradas de aquel tinglado y, sin olvidarlos, por supuesto, agranda el perímetro. De tal forma que recoge los nombres de otros muchos que también estuvieron allí y relata esas otras movidas que sucedieron mientras la que ha pasado a ser la Movida oficial se desarrollaba. Ya que aquello, insisto, fue un fenómeno social transversal. Un cuerpo que, al serle retirado un corsé que lo asfixió durante demasiado tiempo, se propagó con la fuerza del agua salvaje que es liberada de un dique", concluye el autor.