Música

¿Qué ha sido de Joselito, "el pequeño ruiseñor"?

Carlos Losada

Foto: Amazon

Jueves 6 de febrero de 2020

ACTUALIZADO : Viernes 7 de febrero de 2020 a las 6:27 H

5 minutos

El famoso niño prodigio cumple el próximo 11 de febrero 77 años disfrutando de una vida tranquila

Disco de Joselito
Carlos Losada

Foto: Amazon

Jueves 6 de febrero de 2020

5 minutos

La localidad valenciana de Utiel se ha convertido en el lugar perfecto de retiro para uno de los artistas españoles más famosos de los años 50, el célebre Joselito, cuya fama en sus años de infancia no solo le ha perseguido durante toda su vida, sino que además le marcaría para siempre y no de un modo positivo precisamente.

Utiel es el bastión donde vive feliz en la actualidad, alejado de los focos, de las malas decisiones que le llevaron incluso a pisar la cárcel y del ruido mediático que siempre rodea a artistas como él, como Marisol o incluso como Karina.

El eterno "ruiseñor"

Las últimas veces que hemos podido ver a José Jiménez en la televisión ha sido en programas dedicados a la nostalgia, como es el caso de Cine de Barrio o Los mejores años, poco después de que viviera sus últimas aventuras catódicas en el concursos Supervivientes, donde demostró su destreza pescando. Eso sí, allá donde va siempre termina siendo recordado como el pequeño ruiseñor.

Y es que la figura de Joselito llegó a ser tan popular en los años 50 y 60 que es difícil pasar por alto su pasado como niño prodigio de la canción y del cine español.

Una voz privilegiada

El séptimo hijo del matrimonio formado por Baldomero Jiménez y Petra Fernández nació en Beas de Segura (Jaén) el 11 de febrero de 1943 y saltó a la fama cuando en 1956 protagonizó El pequeño ruiseñor. Por entonces, se decía que Joselito solo tenía 9 años, ya que era de muy baja estatura y resultaba mucho más impactante que alguien tan pequeño tuviera aquel “chorro” de voz. Sin embargo, el DNI no mentía, y ya contaba con 13 años cuando hizo su debut en la gran pantalla.

Todo se debió a que el cantante Luis Mariano le descubrió en un recital. Consciente de las posibilidades del muchacho, no dudó en llevárselo a París para darle una oportunidad. Aunque fue bajo la tutela cinematográfica de Antonio del Amo cuando su nombre comenzó a subir como la espuma. A El pequeño ruiseñor le siguieron Saeta del ruiseñor en 1957 y El ruiseñor de las cumbres en 1958. Todas ellas tuvieron un gran éxito no solo nacional, sino también internacional (Italia, Francia, Japón, Estados Unidos…).

Una figura mundial

Probablemente nadie sospechaba que Joselito iba a impactar de aquella manera ni que iba a convertirse en una figura internacional. No en vano, incluso fue recibido por el presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson, de quien recibió un rifle Winchester por su afición a la caza. Y eso no es todo, Joselito estaba en La Habana cuando estalló la revolución cubana. Eso le hizo conocer a Fidel Castro y a Ernesto “Che” Guevara, de quien tuvo muy buenas palabras.

Tras el ascenso, la caída

Desafortunadamente, para Joselito el fulgurante ascenso fue casi tan veloz como la caída. Lo que le había hecho una estrella -su aspecto aniñado y su excelente voz- cambiaron cuando creció. Ya no era un niño prodigio, solo un joven que no suscitaba tanto interés. Sus películas empezaron a pasar sin pena ni gloria y comenzó a alejarse de los platós. Lo peor de todo es que, según él mismo ha contado en numerosas ocasiones, todo el dinero que generó no revirtió en ganancias para él, sino que su representante solo le dejó un chalet en Utiel y un piso en Madrid.

Tras caer en el olvido del público y con los gustos cambiando en nuestro país, Joselito hizo las maletas y se fue a Angola, donde vivió entre 1977 y 1985, aprovechando su pasión por cazar y parece ser que participando en safaris.

Descenso a los infiernos

Cuando volvió a España se instaló en Utiel, donde puso en marcha un negocio turístico. Sin embargo, el pequeño ruiseñor se metió en negocios peligrosos y terminó siendo acusado de narcotráfico. Dio con sus huesos en la cárcel en 1991 y después volvería a pasar por la trena por sus problemas con las drogas. Por supuesto, cuando todo salió a la luz, la noticia corrió como la pólvora. Se habló de “juguete roto” y de cómo un artista de su talento había acabado tan mal.

Sin embargo, el propio cantante se refiere a su paso por prisión de un modo positivo, ya que allí fue donde curó su adicción a la heroína. A su salida era un hombre renovado y con el apoyo de su mujer salió adelante. De vez en cuando aparecía en televisión donde no se cansó de repetir que no tuvo una infancia feliz, pues solo se dedicaba a películas y actuaciones, sin llegar a tener amigos reales de su edad. Ahora todo eso ya pasó y es tiempo de descansar, de disfrutar de sus paseos por Utiel y de, por fin, sentirse feliz.

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Carlos Losada

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