El poder de la música puede influir en nuestras emociones. A veces, encontramos en letras de canciones justo lo que necesitamos escuchar y nos inyectan la energía que tantas veces nos hace falta. En muchas ocasiones, es la mejor medicina para cualquier día gris y, por desgracia, ahora necesitamos ese remedio más que nunca. Por ello, aunque la lista es infinita, en 65Ymás hemos querido compartir 10 canciones que ayudan a levantar el ánimo, que mandan un mensaje esperanzador y animan a bailar y a disfrutar de la vida.
“¡No quiero más dramas en mi vida!” La mejor manera de expulsar las malas vibraciones en una frase. Y no son las únicas palabras que dice Fangoria en esta canción para acabar con esas preocupaciones que no valen la pena y mirar al futuro, que “sigue en blanco, que nada está escrito y que todo es posible”. Anima a deshacerte de las personas que desgastan la energía y te da un subidón enorme.
Esta versión de la canción de Toquinho, tiene un ritmo y una letra que te traslada a un lugar de ensueño. Salir y encontrar esa paz, en estos momentos, es más necesario que nunca, pero, no te preocupes, “basta con desearlo y podrás recorrer todo el mundo”. Puedes ir a cualquier parte, a un prado tan verde “como un manto lejano”, a surcar los mares y hasta a los instantes del pasado más bonitos. Pero, no debes quedarte anclado en ellos, porque, recuerda, “el futuro es una acuarela” y tu vida un lienzo que aún está por colorear.
“Esta noche voy a pasármelo muy bien, me siento vivo, y el mundo se está poniendo del revés y me siento flotando en éxtasis, así que no me pares ahora, no me pares”. Con este inicio de canción y el ritmo desenfrenado que le acompaña después, ya podemos imaginar la inyección de adrenalina que supone escucharla. Tanto es así que Jacob Jolif, neurocientífico holandés, realizó un estudio sobre las 10 canciones más felices de los últimos 50 años y la colocó en el número 1 de la lista. El análisis se basó en los tiempos de las canciones, su letra y su temática. Así que, no hay nada más que decir, si tienes un día de bajón: dale al play.
Da igual si escuchas esta versión o la original: prepárate para que tu cuerpo se mueva solo mientras aprendes a valorar los pequeños placeres de la vida. Porque, muchas veces, pensamos demasiado y no somos capaces de ver lo afortunados que somos, ni tampoco esas cosas sencillas de nuestro día a día que, realmente, son las que nos hacen felices. Levantarte después de caerte es uno de los desafíos más difíciles que hay que superar, pero es una obligación porque “solo tenemos un viaje de ida”. Así que, “abre tus ojos, mira hacia arriba y ¡disfruta las cosas buenas que tiene la vida!”.
Teníamos que incluir la última canción que nos regaló Pau Donés. La manera de decir adiós del cantante fue dándole gracias a la vida y a aquellas personas que permanecieron a su lado, luchando junto a él. Bailar y cantar esta letra con tanto significado es un auténtico chute de energía.
Ideal para combatir los días en los malos pensamientos no te dejan ver las cosas bonitas de la vida. Son esas cosas que aún no han sucedido pero nos aterran. Por eso, hay que hacer caso a Rosana y “mejor vivir sin miedo”. Como dice la canaria, nunca olvides ese niño que tienes dentro, sin importar la edad que tengas, que no tiene miedo a ser feliz. Pondríamos toda la canción, porque no hay ni una frase que no valga la pena, pero mejor te dejamos que la escuches y la disfrutes.
No podía faltar este himno. ¿Quién no ha bailado hasta acabar exahusto al grito de "I will survive"? Con la situación de ahora, el mensaje tiene más valor que nunca, porque incita a salir de la tristeza, recomponerse y armarse de valor para decir alto y claro: ¡Sobreviviré!
Uno de los clásicos. Trata de un desamor, pero se puede aplicar a muchos aspectos de la vida porque, pase lo que pase, el mundo sigue girando. Así que no olvides que, aunque lo veamos todo negro, un día saldrá el sol y, como dice Fontana, “ese día vendrá”.
Con este hit de la música española es imposible que los pies no se muevan al ritmo de Manolo García. Y si no sabes bailar, pues, “a galeras a remar”.
