Manuela Martín
Si hay un adjetivo para definir la Catedral de la Almudena, sin duda, es grandeza, a pesar de no ser de las más grandes de Europa. Situada en una de las zonas con más historia de Madrid, el Madrid de los Austrias, y con unas vistas privilegiadas, entre ellas las del Palacio Real, la catedral de la Almudena cuenta con una breve pero intensa historia. Fue nombrada catedral en el año 1885 gracias a la bula otorgada por el Papa León XIII por la que se creaba el Obispado de Madrid-Alcalá.
A pesar de que la primera piedra la puso el rey Alfonso XII en el año 1883, no fue hasta 1993 cuando finalizaron las obras, año en el que fue consagrada por el Papa Juan Pablo II en su cuarto viaje a España, convirtiéndose en la primera catedral consagrada fuera de Roma.
En su construcción han intervenido diferentes arquitectos de la talla de Francisco de Cubas, Miguel Olabarría, Enrique Mª Repullés, Juan Moya, Fernando Chueca Goitia y Carlos Sidro. De estilo neogótico, tiene planta de cruz latina con una nave central y dos laterales.
La idea original era que sirviese de panteón para la fallecida María de las Mercedes. Además, se concibió como un templo erigido por el pueblo, pero los donativos eran insuficientes y las obras se dilataron en el tiempo.
A diferencia de la mayoría de las catedrales cuya orientación son este-oeste, la Almudena tiene orientación norte-sur y ello es debido a que desde sus orígenes fue proyectada como parte integrante del conjunto del Palacio Real, por ello mira hacia la fachada de este.
En su fachada podemos ver un gran pórtico con columnas, esculturas y escudos, así como un gran balcón. La puerta principal, que se abre sólo en eventos extraordinarios, es de bronce.
En su interior cuenta con un museo en el que se hayan los Patronos de la ciudad: la Virgen de la Almudena y San Isidro Labrador y muestra un recorrido por la vida de la Iglesia. A lo largo de doce salas podemos ver desde mosaicos hasta escudos episcopales y ornamentos.
Los visitantes se quedan sorprendidos por la decoración de los altos techo y las vidrieras, llenas de colores vivos y líneas rectas que reflejan la modernidad del edificio.
Además del museo, recomendamos una visita al altar de Santa María la Real de la Almudena, que observes el retablo en el que se coloca la Virgen, la Capilla del Santísimo y la Capilla dedicada a San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza, situada en el centro de la Girola.
Y por supuesto, animamos a todos aquellos que la visiten a subir a la cúpula para ver Madrid desde lo alto, ya que es uno de los mejores miradores de la ciudad.
Una vista a la cripta
Con la misma dimensión que la catedral, la cripta de la Almudena recuerda a algunos templos medievales.
Con un estilo neorrománico, consta de más de 400 columnas con capiteles llenos de figuras bíblicas y de la naturaleza. Alberga además 20 capillas como la de los condes de Santa María de la Sisla o la de la marquesa de San Juan, dedicada a la Virgen del Rosario.
Una de las piezas más apreciadas de la cripta es la imagen de Nuestra Señora de la Flor de Lis.
La Catedral se puede visitar todos los días de manera gratuita de 9 a 20:30h. La cripta, también gratuita, está abierta al público todos los días de 10 a 20h. Por su parte, el museo y la cúpula se pueden visitar por 6 euros de 10 a 14:30h.
Sin duda, un buen plan si visitas Madrid.