Desconexión, tranquilidad, diversión... No hay nada mejor que unas buenas vacaciones para liberar la tensión acumulada durante todo el año y recargar las pilas a tope. Todos nos merecemos esos días de descanso, ya sea una escapada de fin de semana o todo un mes, sobre todo, después del año y medio que llevamos debido a la pandemia. A continuación, te vamos a contar por qué nos sientan tan bien unas buenas vacaciones, especialmente, a las personas mayores.
En primer lugar, un estudio de 2016 reveló que las vacaciones impulsan la creatividad de los trabajadores porque les brinda experiencias diversificadas y aumenta las emociones positivas. Esta creatividad se manifiesta en una mayor variedad y originalidad de ideas cuando reanudan el trabajo.
Pero, sin duda, lo mejor que le sienta al cerebro es la disminución del estrés. La mayoría de las investigaciones coinciden en que es la principal ventaja que nos aporta las vacaciones. En esta línea, aunque mucha gente piense que las personas mayores deben vivir siempre felices y relajadas ya que tienen todo el tiempo libre del mundo una vez jubilados, lo cierto es que este sector de la población también sufre de estrés provocado por diversas situaciones.
De hecho, según pasan los años, nuestro cuerpo no es capaz de responder con la misma facilidad ante una situación complicada o inesperada, de la misma manera que tampoco sabe olvidar un problema o volver a la normalidad con tanta agilidad como cuando éramos más jóvenes. El estrés y la ansiedad se han disparado debido al coronavirus, y los mayores es uno de los colectivos que más están padeciendo estas consecuencias de la pandemia. Por ello, debes tener en cuenta que viajar favorece que se reduzcan los estados de depresión y ansiedad de muchas personas mayores; de ahí que sea una estupenda solución para fortalecer la salud mental.
Otra de las grandes ventajas es que las vacaciones acaban con la soledad. Es una oportunidad para muchas de estas personas de salir de las cuatro paredes de su casa y pasar tiempo con sus seres queridos o hacer nuevos amigos. Es muy saludable experimentar ese contacto con el exterior gracias a la realización de este tipo de viajes en otros contextos ambientales, culturales y sociales.
Además de todo esto, los mayores ejercitan su cerebro cuando se trata de experiencias de tipo cultural. Este tipo de visitas guiadas no solo ofrecen una mayor práctica intelectual, sino que revierten, de forma más que positiva, en su concentración y memoriapara no perderse ni una de las explicaciones. A su vuelta, contarán animados todo lo que han visto.
En definitiva, disminuyen las preocupaciones, aumentan la energía y la satisfacción, aportan beneficios para la salud física y mental... Un momento de relajación y para disfrutar con nosotros mismos y con nuestros seres queridos es la mejor manera de combatir muchos problemas.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.