David Vargas
Hay series que jamás podremos olvidar y que forman parte de nuestra memoria colectiva.
Para los que ya tenemos una edad, hay momentos en los que empieza a invadirnos una sensación de nostalgia por el pasado, de cuando éramos unos críos. Y ese recuerdo teñido de felicidad abarca todos los ámbitos: la ropa que llevábamos, los lugares que frecuentábamos y que ya no están, los amigos que nos rodeaban —“¿qué se habrá hecho de…”— y, por supuesto, las series y programas que veíamos por televisión, cuando no había mando a distancia y el único canal para todos era La Primera, de RTVE. Eran otros tiempos, claro, y quedarán ahí para siempre en nuestra memoria. Hoy estamos melancólicos, así que vamos a recordar algunas de aquellas series memorables que marcaron nuestra infancia y adolescencia. Es una pequeña selección de escogidas —el espacio es oro—, pero prometo que habrá más.
‘V’
Reconozco que con V pasé miedo por primera vez en mi vida viendo la televisión, miedo y fascinación. Claro que estamos hablando de 1985 y, por aquel entonces, yo era un chaval de 7 años. Recuerdo que era sábado por la tarde y tuve que ir a casa de mis primos en el piso de arriba a ver el primer episodio porque se nos había estropeado la tele. Era una serie de ciencia ficción en la que unos extraterrestres con aspecto humano —en realidad, eran reptiles— llegaban a la Tierra para conquistarla. Me fascinó desde el primer minuto el malvado personaje de Diana (Jane Badler), la jefa de los Visitantes. La escena en que se come a una rata viva como si fuera una aceituna quedará grabada por siempre jamás en mi cerebro. Admito que he vuelto a ver alguna escena por Internet hace poco, pero no es lo mismo. Ha envejecido mal, sobre todo en el apartado de los efectos especiales, que ahora dan un poco de risa. Su impacto fue tal en los 80 que, 25 años después, se estrenó un remake, este último sin demasiado éxito.
‘Canción triste de Hill Street’
Qué maravilla. Todavía recuerdo la melodía de los créditos iniciales que daba paso a un nuevo episodio de esta aclamada serie todos los domingos por la noche. Esa sintonía, compuesta por Mike Post, se hizo famosísima e irá siempre vinculada en mi recuerdo a los bocatas de frankfurt con queso que me zampaba mientras la veía. Creada por Steven Bochco —que luego escribiría otra de las grandes ficciones de la época, La ley de Los Ángeles—, Canción triste de Hill Street cambiaría para siempre el modo en que se filmarían a partir de entonces las series de policías. Era muy realista y presentaba las vicisitudes del día a día en una comisaría: los casos que investigaban los policías, sus vidas privadas, los barrios pobres donde transcurrían sus jornadas de trabajo, las bandas callejeras. Ah, eso sí era ficción de la buena.
‘Corrupción en Miami’
Otra de polis, pero en este caso no tiene nada que ver con la anterior. Aquí la historia giraba en torno a dos policías que trabajaban como agentes encubiertos en Miami. Lanzó a la fama a uno de sus protagonistas, Don Johnson, el guaperas de finales de los ochenta —por cierto, marido por entonces de la también actriz Melanie Griffith—. ¿Cómo podríamos definir esta serie? Fácil: mucha acción, mucha música, mucha laca y mucho traje hortera (cómo me gustaban esas americanas con hombreras que iban por encima de una camiseta negra ajustada por dentro del pantalón; a Don Johnson le quedaban de fábula). Los créditos iniciales los recuerdo también como si fuera ayer, con esas palmeras y esos flamencos volando y el título de la serie “Miami Vice” impreso en la pantalla en fucsia y verde fluorescente. Todo muy kitsch, y me encantaba.
‘Los problemas crecen’
Entrañable serie sobre una familia norteamericana de clase media bien en la que la madre se iba a trabajar y el padre se quedaba en casa cuidando de los cuatro hijos —dos adolescentes, un niño y un bebé— y pasando consulta como psiquiatra. Duró muchos años en antena y se convirtió en una de las series más queridas por los telespectadores. Kirk Cameron, uno de los hijos del matrimonio Seaver, se convirtió en un ídolo adolescente que forró millones de carpetas. Ahora es un evangelista renacido que predica la palabra de Dios allí donde va. Y luego estaba la empollona Carol (Tracey Gold), con la que se metían en la serie por su peso y que acabó con problemas de anorexia en la vida real. Muchos que vieron la serie no se acordarán, pero en la última temporada apareció el personaje de Luke, un adolescente con problemas al que los Seaver acabarían adoptando. ¿Sabes quién era? Leonardo DiCaprio. A ver, cómo se te ha quedado el cuerpo…
‘MacGyver’
Cómo no acordarse de esta serie de finales de los ochenta en la que un agente secreto resolvía todos sus problemas gracias a sus amplios conocimientos. En realidad, de lo que más nos acordamos es del actor que interpretaba a MacGyver (Richard Dean Anderson), con ese pelazo rubio y esas gafas molonas de aviador. Madre mía, qué hombre: aventurero, sensible y protector, máxima expresión del macho alfa americano de la época. Aparte del protagonista, en nuestra memoria quedará lo que era capaz de hacer MacGyver con una cerilla y un chicle: nada más y nada menos que acabar con los malos. ¡Qué ingenio el suyo! Poca broma: la serie se alargó durante siete temporadas y ¿quién estaba cada sábado por la tarde pegado al televisor esperando a que saliera este superhombre? Pues servidor, ¡quién si no!
‘Luz de luna’
¿Quién no se acuerda del tema principal de esta mágica serie? Creado e interpretado por Al Jarreau, fue nominado en 1985 a los Emmy. Pero más nos acordamos de sus dos intérpretes protagonistas: Maddie (Cybill Shepherd) y David (Bruce Willis). ¿De qué iba? El argumento giraba en torno a una agencia de detectives que investigaban casos, pero en realidad lo que ha quedado en nuestra mente pasados los años son los diálogos agudos entre Maddie y David y, sobre todo, la tensión sexual que existía entre ambos. También recordamos, cómo no, a Allyce Beasley, que interpretaba a Agnes Topisto, la encantadora secretaria. Sabemos en quién se convirtió Bruce Willis después de esta mítica serie que lo lanzó al estrellato, pero ¿qué fue de Cybill Shepherd? Pues sigue haciendo televisión, pero en papeles menores. Nunca ha vuelto a alcanzar la fama que le dio Luz de luna, época en la que incluso llegó a ser víctima de una fake news que afirmaba que era una mujer transexual. ¡Y mirad dónde hemos llegado con esto de los bulos!