Álvaro Valdés
Ocio
El Silo de Hortaleza, la joya escondida con vistas gratis de todo Madrid
Sus siete plantas miden 20 metros y abre de lunes a sábado
Casi todos los que hemos paseado por las calles de Madrid, hemos soñado con ver unas vistas perfectas de la capital. El Silo de Hortaleza es uno de esos sitios completamente desconocido para muchos en los que poder contemplar el cielo y rascacielos de la ciudad y, además, de manera gratuita.
Desde su séptima planta, los visitantes pueden disfrutar de un mirador panorámico a 20 metros de altura. Al este se observa el aeropuerto Adolfo Suárez-Barajas, mientras que al sur se extiende el área de las Torres Blancas y el Pirulí. En el horizonte occidental, las Cuatro Torres del Paseo de la Castellana se alzan a la vista, y al norte se puede divisar la Sierra madrileña. Las vistas desde el mirador son un atractivo indiscutible, ya que ofrecen una perspectiva única de la ciudad sin tener que pagar ni hacer una larga cola para poder disfrutarla.
El Silo de Hortaleza está abierto al público de lunes a sábado de 10 a 14 y de 17 a 21 horas en el horario de invierno, y de 10 a 14 y de 17:30 a 21:30 en el de verano. El centro cultural también ofrece una programación variada, que incluye exposiciones artísticas y actividades culturales organizadas por el Centro Cultural Huerta de la Salud. También, en las entreplantas de algunas de sus 7 plantas se podrán ver fotografías de cómo era el barrio hace algunos años.
Su ubicación, en el Parque Huerta de la Salud, permite que sea fácil llegar a través de varios medios de transporte público. Desde las estaciones de metro de Parque de Santa María o San Lorenzo, ambas de la línea 4, los visitantes pueden llegar fácilmente para disfrutar del Silo de Hortaleza. También se puede llegar por autobús en las líneas 9, 72 y 107.
Historia del Silo de Hortaleza
Fue construida en 1928, en donde originalmente fue utilizada para almacenar forraje en una finca agrícola propiedad de Pedro Tobar, un hombre de negocios que transformó la Huerta de la Salud en un complejo productivo. Su estructura la convierte en uno de los primeros ejemplos de construcción en hormigón armado de toda España.
Tras la muerte de Pedro Tobar, el edificio cayó en desuso durante años. Fue a finales de los años 70 cuando la comunidad local logró evitar su derribo, convirtiéndose en 1999 en propiedad del municipio. Después de una restauración en 2002, con un coste de medio millón de euros, según informa Hortaleza Periódico Vecinal, se reconvirtió en un espacio cultural, aunque tuvo que cerrar temporalmente por no cumplir todas las medidas de seguridad.
En 2018, reabrió con nuevas medidas de seguridad y un programa de actividades culturales, asociado con el Centro Cultural Municipal de Huerta de la Salud, para convertirse en el Silo de Hortaleza que conocemos hoy.