¿Merece la pena cambiar de vida 'Con lo bien que estábamos'?
Esta obra de teatro aborda con humor la eterna elección entre hacer lo que queremos y lo que debemos
El 16 de junio el Real Coliseo Carlos III de la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial acogerá la representación de la obra de teatro Con lo bien que estábamos, dirigida por José Troncoso.
Este melodrama musical es una apuesta clara por la diversión, de modo que los espectadores que se decidan a acudir se encontrarán precisamente con eso: con una comedia que les hará pasar un buen rato.
Sinopsis de ‘Con lo bien que estábamos’
Esta obra interpretada por Carmen Barrantes y Jorge Usón se hace unas cuantas cuestiones vitales, aunque todas ellas se podrían resumir en una idea básica: ¿nos conformamos con lo que tenemos o vamos más allá? A partir de esta cuestión que cualquier persona se puede hacer a lo largo de su vida –generalmente en numerosas ocasiones– se estructura la trama que tiene a Esteban y Marigel como protagonistas.
Esta pareja vive bien, tranquilos y enamorados. Es decir, destilan felicidad y no se hacen preguntas. ¿Para qué si están a gusto? Sin embargo, un día llega el teatro al pueblo y esta aparición cambiará a Esteban para siempre.
El protagonista dejará que su cabeza comience a “funcionar” ante la fascinación que le ha creado la experiencia teatral. Pero no lo hace discretamente, sino que la música parece poseerlo. Tanto es así que Esteban convertirá su existencia en una especie de musical y, claro está, sus vecinos no verán aquello como algo demasiado normal; sobre todo cuando empiece a decir verdades cantando.
¿Para qué cambiar si soy feliz?
Esta pregunta es la tesitura en la que la obra pone al espectador. Si Esteban era feliz con su vida tranquila junto a Marigel, ¿para qué arriesgarlo todo por ese cambio repentino? ¿No hubiera sido mejor dar la espalda a la música y seguir viviendo como hasta el momento? ¿Sirve de algo plantearse otras cosas si se es más o menos feliz? ¿O hace bien en dejarse llevar y “vivir” de otro modo?
En definitiva, se trata de la eterna batalla entre hacer lo que debemos o hacer lo que queremos, asumiendo las consecuencias de ambas decisiones, sean estas las que sean.
