Teatro
'Orgullo Vieja' llega a Madrid reivindicando con mucho humor que la edad es solo una actitud
Con su espectáculo de Teatro Documental piden respeto y visibilidad para las mujeres mayores
"Vieja, sí, ¿y qué?". Así de claro lo dejan las ocho mujeres de entre 65 y 97 años que protagonizan la obra de teatro Orgullo Vieja (@orgullovieja), en la que, a partir de una serie de monólogos repletos de humor, comparten sus historias de vida, todo lo que han sufrido y han superado, reivindicando respeto y visibilidad para las mujeres mayores. Y lo hacen con un espectáculo que aúna sabiduría, música, baile, lágrimas y muchas risas.
Pepa, Rafaela, Kiska, Antoñita, Esperanza, Catalina, Remedios y Pepi han visto convertido en realidad su sueño de ser monologuistas y triunfar en el mundo del espectáculo. Y es que este grupo de mujeres pisa los escenarios con la seguridad y la buena actitud que las caracteriza, tal y como han demostrado desde el pasado mes de febrero, cuando dieron a conocer este proyecto que las ha llevado a recorrer distintos puntos de España con su gira.
El 1 de marzo se estrenaban en el Teatro Alameda de Sevilla, agotando todas las entradas. Casi dos meses después, y pasando por Cartaya (Huelva), Dos Torres (Córdoba) y Málaga, este lunes 8 de mayo estrenaban su obra en Madrid, en el Teatro Infanta Isabel (@Teatro_Infanta), donde volvieron a tener una gran acogida por parte del público, que admite salir del "extraordinario" espectáculo con una visión diferente de la vejez.
La obra de teatro Orgullo Vieja está escrita y dirigida por Falín Galán, basada en una idea original de Mamen García y Chema Rodríguez. Con su espectáculo de Teatro Documental, producido por The Flow Studio y La Mentira, y que derivará que una película sobre esa obra de teatro bajo el mismo nombre, estas ocho mujeres se han ganado el apodo de "Las Reinas de Triana".
“Ser vieja es un privilegio que no se le concede a todo el mundo. Ser vieja mola" y "es un gran momento para hacer cosas nuevas", aseguran las integrantes de Orgullo Vieja, quienes explican que "las mujeres de nuestra generación hemos sufrido mucho", por lo que "ahora nos toca ser felices. Tenemos toda la vida por delante".
En torno a ese lema gira la obra de teatro, en la que incluyen también un decálogo con una serie de condiciones y reivindicaciones para poder vivir dignamente, y que esperan que llegue "a todas las viejas" de España y el mundo, también a "los medios, los políticos y todos". Algunas cosas son tan sencillas como que no sean tratadas como niñas, poder vivir en sus casas, ser libres para tomar sus propias decisiones, tener espacios para ellas, seguir siendo activas, tener una paga digna, una moda que se adapte al colectivo tan heterogéneo que representan y dejar a un lado los prejuicios, discriminaciones y tabús.
"¿Qué es eso de hablarnos en plural y en diminutivo?", critican en su espectáculo. "Las canas y las arrugas pueden ser atractivas". "No queremos que nos manden solo a los viajes del Imserso, porque nosotros no somos dependientes. Nosotras ya quisiéramos ser dependientes, pero de Zara, para que nos pusiera ropa chula para viejas o calzados adecuados", pedían ya en la presentación de este proyecto, explicando que "cuando vamos a ponernos algo, resulta que no nos entran los zapatos porque todas tenemos plantillas".
Y es que, por encima de todo, quieren dejar claro que las personas mayores siguen teniendo "ilusiones y sueños", que se pueden cumplir sin importar la edad.
"No es por chulear, pero soy una pedazo de vieja"
Con embajadores de la talla de Berta Collado, Carlos Sobera, Cristina Plazas, Jesús Olmedo, Antonio Resines, Nerea Garmendia, Javier Pereira, Ernesto Sáenz de Buruaga o Sara Escudero, quien dio comienzo al estreno en Madrid asegurando que "la edad es una actitud y el buen humor también", Orgullo Vieja agotó casi todas las butacas en la noche de este lunes, logrando la ovación del público con cada historia que sus protagonistas compartían.
Antoñita, de 77 años, dio comienzo al espectáculo explicando que es "mujer viuda de hombre vivo" y que ha criado sola a sus cuatro hijos. "Después, me apunté a Juan y Medio para encontrar pareja", aseguraba.
Pepa tiene 74 años y "el día que falleció mi marido, yo eché a volar. Ahora me he hecho un Tinder para vivir la vida loca", explicaba. Por su parte, Kiska tiene 65 años y es la menor de cinco hermanas. "Cuando nací mi padre se alegró mucho porque había nacido el niño, que era yo, pobrecito", contó.
A Remedios, de 66 años, nada le impidió estudiar mecanografía, ni siquiera nacer con cuatro dedos en cada mano. Catalina explicó con orgullo que es "una vieja, no es por chulear, pero soy una pedazo de vieja. No os penséis que esto de hacerse vieja es de un día para otro ¡Mi trabajito me ha costado!". Mientras que Pepi, de 76, puso el foco en una realidad que viven muchas mujeres mayores como ella: "¿Os imagináis lo que es vivir con dos mujeres de 99 años? Pues así he pasado las últimas tres décadas de mi vida, cuidando de mi madre y de mi tía. Ya murieron, pero ahora ¿Quién me cuida a mí?".
Esperanza, de 78 años, se prometió a sí misma que, tras la muerte de su marido, no volvería a estar con ningún hombre, "hasta que conocí a mi Manuel y surgió el amor". Y Rafaela, la más veterana del grupo con 97 años, lleva varias décadas escribiendo a mano sus memorias, con el sueño de poder publicarlas algún día. "Si yo con 97 años puedo, todos podéis", aseguró al final de la obra.
