Carlos Losada
Televisión
Anuncios machistas de la televisión que ahora serían impensables
Tradicionalmente la publicidad ha ofrecido un sesgo sexista y repleto de estereotipos
Mujeres entusiasmadas por utilizar el último electrodoméstico que les ha comprado su marido; amas de casa emocionadas con los maravillosos resultados de un producto de limpieza; esposas subyugadas a la felicidad de sus maridos; atractivas jóvenes buscando al hombre de sus sueños o cayendo rendidas a una fragancia… Todo esto y mucho más lo hemos podido ver en televisión desde que comenzaran las emisiones a finales de los años 50.
Los anuncios que han ido apareciendo en la pequeña pantalla han sido un fiel reflejo de la sociedad en la que hemos vivido y en su evolución. Desde una época en la que el rol de la mujer se limitaba a ser ama de casa, cuidar de los hijos y tener el hogar perfecto y la comida hecha para cuando llegara su marido de trabajar, hasta la actualidad en la que algunas publicidades antiguas son (afortunadamente) impensables.
No obstante, aún hay camino por recorrer para eliminar ciertos estereotipos que incluso en los últimos años siguen presentes aunque de un modo más soterrado. Y es que hay ocasiones en las que en las mentes de los publicistas aflora aquello que hemos visto hasta la saciedad: una concepción machista del papel que juega la mujer.
Reinas de la limpieza
Como hemos apuntado, el 100% de los anuncios de productos de limpieza o cuidado del hogar estaban destinados a mujeres y las tenían a ellas como principales protagonistas. Como es evidente, hay muchos ejemplos pues toda la publicidad utilizaba los mismos cánones. Desde el hombre trajeado que descubre a las mujeres las bondades del nuevo detergente Ariel, las cuales hablan maravillas del producto una vez que lo han probado...
... Hasta la mujer que espera a que su marido se acueste para que se dé cuenta de lo suaves que han quedado las sábanas gracias al suavizante Flor, que por cierto, tiene en la mesilla para mostrar al hombre de la casa.
Pasando por ese hombre que le compra detergente Tul a su mujer porque es líquido y ocupa menos. Así no tendrá que volver cargada de la compra. Claro que según su esposa, lo ha hecho porque solo con ese detergente encuentra las camisas a su gusto.
No obstante, no hay que remontarse a los años 60 y 70. Todavía en los 90 era posible encontrarse piezas como la del detergente Skip, en las que el producto estaba recomendado por los fabricantes de lavadoras y por las mujeres.
Claro que en un apublicidad de 2012 Skip también utilizaban la figura de la madre (de hecho la felicitan) como la encargada de lavar la ropa de los hijos.
Otro ejemplo sonrojante fue el del producto limpiador Pronto, en cuyo anuncio aparecían mujeres con tiritas en la frente. La razón no era otra que ellas limpiaban el polvo de la casa y reaccionaban estornudando, siendo tan torpes que se chocaban contra el mueble al hacerlo.
Pero es que incluso en un anuncio más reciente de KH7, una pareja está a punto de desatar la pasión en una cocina, cuando ella se da cuenta de lo sucia y grasienta que está. Entonces, saca de su bolso el producto en cuestión, como si cualquier mujer lo llevara siempre encima. Al menos en esta ocasión es el hombre el que se pone a limpiar.
Electrodomésticos
Y hablando de lavadoras y otros electrodomésticos, la publicidad también se centraba en que las mujeres eran las únicas que llevaban a cabo las tareas del hogar. Aunque en ocasiones se referían al padre de familia como principal sustento. En este anuncio de Kelvinator, mientras lee el periódico en el sillón y su mujer cuida a los niños, le interpelan con un “pórtese como un hombre y ayude a su mujer”. Pero claro, no lo va a hacer poniéndose a trabajar, sino comprándole una lavadora nueva.
Y es que hasta Lina Morgan presumía de su lavadora para atraer a los mozos.
¿Y qué decir del anuncio de la cocina Corcho? En él una mujer lleva la comida a su marido, que piensa que ella habrá estado horas preparándolo. Por supuesto, gracias a la cocina la mujer ha hecho bien el plato y eso le proporciona una gran felicidad.
Eso sí, nada como la mujer que le canta a su aspiradora y su enceradora Ruton, que en cosa de un minuto le pone brillo a su hogar. Ni que decir tiene, que ningún hombre aparecía en esos anuncios.
Aromas masculinos
Para acabar por este pequeño repaso de cómo la publicidad ha tendido a ser sexista, solo hay que echar un vistazo a algunos anuncios de perfumes masculinos. En el célebre de Jacq’s, una despampanante motorista busca a ese hombre único al tiempo que se baja el mono para enseñar parte de su anatomía.
Algo más modernos son los spots de los desodorantes Axe, bajo los que caían rendidas las mujeres. En el del fin del mundo de 2012, incluso llegaban a un arca como los animales a Noé.
Pero si hay algo varonil eso es el alcohol, como bien dejaban claro en este anuncio de Soberano en el que una mujer no entendía cómo su marido estaba siempre irritado e incluso tenía malos modales. “Él trabaja muchas horas y cuando llega a su hogar tiene derecho a encontrar un agradable recibimiento”, llegan a decir. ¿Y qué mejor recibimiento que una copita de coñac con la que alegrarle la existencia?