Televisión

"Los jóvenes deben saber lo que nos ha costado conquistar las libertades que ahora tenemos"

Laura Moro

Foto: Instagram: Juana Macías

Viernes 11 de octubre de 2024

15 minutos

65YMÁS habla con Juana Macías, directora de la serie 'Las abogadas'

"Los jóvenes deben saber lo que nos ha costado conquistar las libertades que ahora tenemos"
Laura Moro

Foto: Instagram: Juana Macías

Viernes 11 de octubre de 2024

15 minutos

Juana Macías es una de las directoras de Las abogadas, la nueva serie de RTVE donde las protagonistas son Manuela Carmena, Cristina Almeida, Lola González y Paca Sauquillo, cuatro mujeres que durante su juventud lucharon por cambiar la sociedad española del momento, marcada por la dictadura y posterior transición democrática. 

Macías ha dirigido la serie junto con Polo Rodríguez, aunque la creadora de esta ficción fue Patricia Ferreira, que estuvo vinculada a RTVE como directora de documentales y que falleció a finales de 2023. La directora ha concedido una entrevista a 65YMÁS para hablar de la serie y del proceso de creación.

PREGUNTA: ¿Cómo surge la idea de hacer este proyecto?

RESPUESTA: La propuesta para dirigir la serie me llegó a través de Patricia Ferreira, que fue la creadora de la idea y quien estuvo durante años documentándose, hablando y haciendo entrevistas a los protagonistas más relevantes de la historia.  Ella quería hacer un retrato de lo que fueron esos años de final de la dictadura e inicio de la transición desde una perspectiva diferente: la de 4 abogadas laboralistas muy jóvenes. Ellas montaron sus despachos y comenzaron su activismo en una sociedad machista y carente de libertad, y pagaron un alto precio por ello. 

P: ¿Se pusieron en contacto con las protagonistas de la historia para conocer su opinión? ¿Han formado parte del proceso?

R: Sí, Patricia se entrevistó con todas para la elaboración de los guiones. En este sentido, siempre quiso ser muy fiel a los hechos y les preguntó por sus recuerdos de aquella época, pero también era importante tener cierta libertad a la hora de construir los personajes. Este equilibrio entre la fidelidad a la historia y la necesidad de tomarse ciertas licencias para contarla es quizá lo más complicado cuando te enfrentas a una serie inspirada en la realidad. Es un equilibrio que también he intentado trasladar a la interpretación, a la puesta en escena, la fotografía… En el caso de las actrices, les insistí en que se permitieran cierta libertad a la hora de construir sus personajes, intentando trasladar la energía y el carácter de estas mujeres, pero sin caer en la imitación. 

P: ¿Por qué es importante seguir haciendo obras audiovisuales que nos recuerden la historia de nuestro país?

R: Creo que la memoria de lo que ha ocurrido no solo está en los libros de historia, sino en los libros en general,  en la música, en la cultura y muy especialmente, en el audiovisual. Una serie, una película, nos permiten contar un punto de vista sobre lo que  ha ocurrido, y  esa suma de puntos de vista nos ayudan a tener una perspectiva amplia de lo que pasó. Es paradójico no paramos de oír mencionar la transición y ese es un periodo muy poco contado en ficción y muy poco conocido por los más jóvenes. 

Y no solo se trata de los hechos históricos, se trata del día a día. Esto es especialmente relevante en lo que tiene que ver con lo que podía y no podía hacer una mujer en España hace 50 años. Creo que a muchos jóvenes les va a sorprender saber que una mujer necesitaba el permiso de su marido o su padre para poner una denuncia, o comprar un electrodoméstico, abrir una cuenta en el banco, por supuesto no había divorcio, ni aborto, si se recetaban métodos anticonceptivos…

P: La serie recorre casi una década y sigue los pasos de estas mujeres desde sus años universitarios hasta su lucha en los despachos. ¿Les costó mucho decidir por dónde empezar a contar la historia?

R: El punto de llegada estaba claro: las primeras elecciones democráticas tras la dictadura. El de partida: la universidad, un lugar que supuso para muchos jóvenes, y también para las 4 abogadas protagonistas, el descubrimiento del activismo y la conciencia social, un lugar de rebeldía donde encontrar a otros jóvenes comprometidos con la libertad. Creo que para Patricia era importante que el punto de partida fuera esa juventud un poco inconsciente y con ganas de cambiar el mundo que se encontraba en la universidad.

P: ¿Es difícil trabajar en un proyecto en el que se mezclan la realidad y la ficción? 

R: Es difícil porque siempre están en juego la responsabilidad por ser fiel a los hechos y la necesidad de que estos tengan coherencia dramática y atractivo para el espectador. Hay veces que los tiempos de la realidad no son los de la ficción. En el caso de los juicios, por ejemplo, a veces hay que condensar, que buscar el ritmo y adaptar y sacrificar la fidelidad a la realidad, buscando que el espectador conecte con el espíritu de lo que se quiere contar. 

P: ¿Quién debería ver esta serie? ¿Está dirigida a un público en concreto?

R: Creo que esta serie tiene un público muy muy amplio. Los jóvenes, que no vivieron esta época, pero es fundamental que la conozcan para que entiendan de dónde venimos, y lo que ha costado conquistar las libertades de las que ahora disfrutamos y que no están garantizadas. Y por supuesto, todos los que vivieron esos años, que recuerdan dónde estaban, lo que hacían, creo que van a conectar mucho con la serie. 

P: Entiendo que de todos los proyectos se aprende algo nuevo y se lleva algo especial. ¿Qué le ha enseñado esta serie?

R: Me ha llevado a conocer y profundizar en personas muy comprometidas con la democracia y que yo no conocía, como Pedro Patiño, y me ha hecho darme cuenta de lo poco que conocen los menores de 30 esta parte de nuestra historia. Me ha reafirmado en la idea de que necesitamos que la industria audiovisual mire hacia nuestro pasado más reciente. 

P: Para acabar, ¿qué es lo que destacaría de cada una de las protagonistas?

R: Las cuatro son mujeres muy jóvenes y muy conectadas con la sociedad de su época y la lucha por la democracia.  

Las 4 son valientes sin ser muy conscientes de la importancia de lo que están haciendo, aunque si lo son de que una democracia sin igualdad no es una verdadera democracia. En esto, Cristina es la más combativa y vehemente, sobre todo dentro de su propio partido, siempre con el sentido del humor como actitud ante la vida. 

Manuela es muy independiente, no acepta los límites que otros imponen, para ella la libertad es prioritaria, en lo individual y en lo social. Cercana, comprometida, disfruta mucho con su trabajo y no es fácil que se dé por vencida. 

Paca está muy ligada a la lucha social, a la dignidad de la clase trabajadora y sus condiciones de vida y se deja la piel porque todo el mundo pueda tener un juicio justo. Sus convicciones religiosas conectan con todo el movimiento de la época de los llamados curas obreros. 

Y a través de Lola, hacemos un viaje de descubrimiento de la conciencia social y política. Vemos a una mujer que va ganando seguridad y creyendo en ella misma, sobreponiéndose a los obstáculos y las amenazas y a una familia que quiere lo mejor para ella: una vida tranquila. Pero para Lola, la tranquilidad no es una prioridad, como sí lo es la democracia. Pagará un alto precio por defenderla. 

Sobre el autor:

LauraMoro

Laura Moro

Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.

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