Marco Herrera
Televisión
"Las personas mayores tienen una vitalidad enorme para viajar, bailar... es una maravilla"
Manuel Burque, presentador de Radio Gaga, habla sobre los mayores que ha conocido en el programa
Radio Gaga es una de las apuestas más comprometidas de Movistar+ en los últimos años. El programa se ha hecho hueco entre la exigente programación de las plataformas digitales, y lo ha conseguido dando voz a colectivos que normalmente no son muy escuchados por medios de comunicación como la televisión, entre ellos, las personas mayores. Entrevistamos al cómico, guionista y actor gallego Manuel Burque (Santa Cruz de Tenerife, 1980), copresentador del programa junto a Quique Peinado. A pesar de nacer en la capital canaria, Burque se trasladó con solo dos años a tierras gallegas, de donde tiene un marcado acento. Estudió Comunicación Audiovisual en Salamanca y más tarde amplió sus estudios de interpretación en Madrid, donde reside en la actualidad.
¿De dónde sale la idea del programa?
El programa es un remake de un proyecto iniciado por dos belgas un tanto hippies que empezaron a hacerlo en su país simplemente por devoción. Más tarde la televisión pública de Bélgica les ofreció darlo en antena y en poco tiempo consiguieron hasta un millón de espectadores, una cifra considerable en un país tan pequeño. Y es normal, es un programa con un espíritu enorme y que, además, contiene elementos muy televisivos como el drama.
¿Y por qué crees que no apostó ninguna gran cadena generalista de nuestro país por él?
Ya sabes, las grandes cadenas no toman muchos riesgos. Movistar lo está haciendo con programas como este, el cual, de haberlo hecho una de las grandes cadenas en abierto, sería diferente. Por ejemplo, por los presentadores, que no seríamos ni Quique ni yo, sino dos más famosos.
¿Qué podrías decirme del programa que hicisteis en el Centro Intergeneracional Ovida en Oviedo?
Vi que aunque la filosofía del centro era la de mezclar a personas mayores con jóvenes universitarios, en la realidad no interaccionaban tanto, eran bastante independientes, al menos muchos de ellos. Lo hacían más los trabajadores del propio centro, sobre todo los que en su vida habían vivido cosas parecidas con personas mayores como abuelos. En definitiva era un poco eso también con los estudiantes, se relacionaban con los mayores más aquellos que por vivencia propia, veían en esas personas a un familiar cercano.
En el programa que hacéis en Benidorm vemos a Mariano, un señor viudo, llorar recordando a Antonia, su mujer fallecida meses antes. ¿Es habitual ver a hombres mayores así de emocionados?
No, con hombres no es lo normal, y de hecho Mariano entró con dureza, pero se vino abajo. Los hombres, por lo general, claro, no dejan de ser víctimas del machismo, que les ha dicho que siempre deben permanecer fuertes, y que eso es no emocionarse, por lo que les resulta difícil expresar sus sentimientos y adaptarse a nuevas situaciones a esa edad. Las mujeres suelen tener mucha más resiliencia, más flexibilidad para cada situación, y aprenden a ser más dinámicas con el paso de los años. Por eso ver esos pequeños cambios en hombres como empezar a mostrar sus emociones los valoramos tanto en el programa.
¿Has notado en el programa que las personas mayores, o muchas de ellas, se sientan culpables por disfrutar de la vida?
Es cierto que son una generación condicionada, más las mujeres que los hombres. Han tenido tan poco tiempo, sobre todo ellas, por norma general en sus vidas, que ahora cuando tienen libertad para hacer lo que quieran, se pierden un poco. Pero también hemos visto mujeres que por fin pueden vivir lo que nunca han vivido antes, creo que las más predispuestas a disfrutar de la vida son las que han sufrido más dolor y sinsabores en ella, las que han tenido vidas más dramáticas.
Una persona mayor acogida en RAIS os dice que fue muy feliz en sus años viviendo en la calle, en el Parque del Retiro. ¿Percibes que, a determinadas edades, cambiar para ciertas personas, aunque sea para darles un techo, es como meterlos en una especie de cárcel?
Creo que el modelo de vida o el drama que esas personas hayan sufrido, si acaban en la calle, logran alejarse de ello, huyen del problema, y es normal en muchos casos. En centros como RAID reciben terapias que les enseñan dinámicas para empezar de cero. Este hombre era feliz porque son gente que a pesar de vivir en la calle, consiguen tener buenos momentos dentro del dolor.
¿Afrontáis cada programa vírgenes, improvisando?
El programa lo forma un equipo pequeño, pero con unas redactoras que trabajan muchísimo para conseguir personajes e historias y estudiar que se sostengan. Intentamos ir lo más vírgenes posibles a conocer a los personajes de cada programa, creemos que es lo mejor, pero antes nuestras compañeras ya han hecho un gran trabajo. Este es un programa que consigue algo muy difícil, y es tener la intimidad de la radio pero en la televisión, por tanto Quique y yo somos casi como dos tipos que ponen música y entre canción y canción se limitan a escuchar a la gente.
Por la época que les ha tocado vivir, se habla mucho de la fortaleza de nuestros mayores. De los colectivos un poco más vulnerables con los que habéis hablado, ¿los has percibido tan fuertes?
Lo que se percibe en realidad es una cuestión de qué han elegido contar ellos y el programa. También hemos conocido a personas mayores que lo estaban pasando mal, que entran en dinámicas negativas y caen en depresiones. En los programas se ha elegido mostrar a gente mayor con un estado de ánimo muy concreto, pero hemos podido conocer un poco de todo. Claro está que si los incentivas, mucho mejor. Por ejemplo el programa de Benidorm, aquello es el IMSERSO, son personas que no se han podido permitir viajar nunca y ahora tienen una vitalidad enorme para ir a los viajes y bailar, comer, ir a la playa... es una maravilla.