Arturo Pérez-Reverte ha pisado por primera vez el plató de El Hormiguero para presentar su última novela El italiano, una historia protagonizada por los buzos de combate del país transalpino en la II Guerra Mundial, que dieron más de un quebradero de cabeza a las fuerzas inglesas en la colonia de Gibraltar.
Ya que no es muy habitual que el escritor y miembro de la RAE acuda a programas de televisión, Pablo Motos ha aprovechado para hacerle preguntas de muchos temas diversos (política, lenguaje inclusivo, Pedro Sánchez, Twitter...), y Reverte no ha dudado en dar su opinión sobre ello, aunque confesaba que se "calla muchas cosas, he aprendido a ser prudente porque hay mucha mala fe y es muy fácil descontextualizar las cosas".
"Yo soy viejo"
Entre todos esos temas, también ha reflexionado sobre la vejez, y ha opinado que el viejo "no es contemporáneo, nunca puede serlo" porque "si un viejo quiere serlo, es ridículo o hace el payaso". El "problema" que tiene es que "no puede adaptarse a un mundo que ya no es el suyo". "Pero, por otra parte, tiene una ventaja: tienes una larga vida, unas lecturas (los que las tienen), una experiencia, una lucidez que te dan los años y la vida... una mirada".
"El joven antes aprendía del viejo lo que la mirada le había dejado", explicaba Pérez-Reverte. "Ahora no, ahora lo que estamos haciendo es apartándolos y marginándolos". El escritor aseguraba que "estamos privando a los jóvenes de la experiencia del viejo" porque, mientras antes se aprendía de él, ahora "tendemos a apartarle".
"Este tema es importante", insistía Pérez-Reverte, haciendo una analogía con lo que está pasando en Europa: "Se está haciendo no en base al pasado que nos une, sino a un futuro ideal que quieren conseguir". "Están borrando la memoria para que esa Europa futura no tenga ningún lastre del pasado, pero nos está dejando huérfanos de memoria y experiencia".