Sonsoles Ónega desmonta el discurso de un no vacunado del Covid con una pregunta

En un momento en el que la transmisión está aumentando en distintos puntos del país, el foco está puesto en los no vacunados. Actualmente, las personas ingresadas por Covid-19 en las unidades de cuidados intensivos (UCI) son, en su mayoría, aquellos que no están vacunados. Con la llegada del invierno y el paso del tiempo, la eficacia de las vacunas baja, lo cual supone un riesgo para aquellas personas que aún no se han vacunado (los cuatro millones de personas de más de 12 años) y para quienes no han pasado previamente el Covid. Pero las personas no vacunadas también suponen un gran riesgo para toda la sociedad ante la posibilidad de que se infecten de golpe en ciertos puntos. 

En este sentido, la presentadora Sonsoles Ónega llamó la atención sobre este tema en Ya es mediodía, de Telecinco, para tratar de averiguar cuáles son las razones que llevan a estas personas a tomar tal decisión, que muchos, incluidos colaboradores del programa, han calificado como "egoísta". 

Víctor Echaniz, entrevistado en el programa, aseguraba que no es negacionista, pero que no se quiere vacunar, y la razón que ha dado es: "En mi caso, yo tengo 43 años, y es, hasta donde yo sé, un riesgo moderado/bajo de contraer una enfermedad grave o de fallecer, entonces la cuestión está más en el tema de la transmisibilidad", explicaba, haciendo referencia a unos estudios que confirman que los vacunados "también se pueden contagiar y también transmiten".

"¿Qué tienes que perder?"

Desde el inicio de la pandemia, las vacunas han demostrado ser eficaces, sobre todo en las personas mayores, para quienes el riesgo es elevado. Víctor, por su parte, considera que al encontrarse en una franja de edad donde el riesgo es menor, cumplir con el resto de las medidas de seguridad es suficiente. "Yo creo que la vacuna es importante, pero creo que no es la única medida de seguridad que tenemos frente al virus", argumentaba ante la pregunta de Sonsoles: "¿Qué tienes que perder?".

"Salgo para lo mínimo imprescindible y soy consciente que tengo que asumir ciertos riesgos con el hecho de no vacunarme". Sin embargo, su respuesta no pareció convencer a los colaboradores, que no entienden cómo, sabiendo que corre un riesgo, no solo para su salud sino para el resto de la sociedad, ha decidido tomar esa decisión. "Yo no voy a obligar a nadie a vacunarse ni a no hacerlo, creo que depende de cada uno y que cada uno debe asumir la responsabilidad de sus decisiones", concluía. 

Pero la realidad es que si no se hubiera vacunado la mayoría, el virus no se habría frenado y, por tanto, personas como Víctor no tendrían la posibilidad de decidir, seguiría habiendo miles de muertos y seguiríamos en casa confinados.