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La única playa de arena negra no volcánica del planeta está en Galicia, al norte de A Coruña. Aquí luchan por el protagonismo el verde de los acantilados y el negro de la playa. Y gana la arena, porque estamos en la playa de Teixidelo (Cedeira) constituida por una rocas muy negras. Esas rocas negras se denominan ultramáficas y están compuestas en un 90 % por minerales básicos, como el magnesio o el hierro.
Son esta rocas las que al erosionarse dan lugar a "la excepcional arena negra de Teixedelo que contrasta con el verde de la sierra de Capelada que tiene los acantilados considerados como más altos de la Europa occidental, 620 metros sobre el nivel del mar", explica el geólogo Francisco Canosa. Unas pendientes que alcanzan toda su belleza en la Garita de Herbeira desde donde además se disfruta la visión panorámica de la playa de Teixidelo y la isla Gabeira.
En la sierra se encuentran las huellas de lo que en otro tiempo, con otras temperaturas muy diferentes a las de hoy, fue un glaciar, cuando la costa gallega estaba mucho más lejos que la actual, a 12 kilómetros, añade Canosa antes de narra como "la fauna salvaje de la zona mantiene semiabiertos los caminos que hacen posible el descenso a la playa, donde encontramos el espectáculo de la cascada de Teixidelo con una altura de 50 metros y cuyas aguas caen directamente al mar".
También en esta zona encontramos los restos del carguero Don Segundo Sombra que encalló allí el 22 de enero de 1980 y la única mina del siglo XIX que podemos ver abierta.
La zona es remota y de difícil acceso, resulta bastante fácil perderse y es importante recurrir a alguien que la conozca bien o acudir al Concello de Cedeira que suele organizar visitas a la playa de Teixidelo para grupos amplios guiados siempre por un experto que dirige la expedición.