Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorFigueres es capital del Alt Empordà, en el interior de la provincia de Girona y su nombre está ligado a uno de los artistas más destacados del siglo XX, Salvador Dalí. Varios museos, su patrimonio monumental y una interesante oferta cultural nos sorprende en nuestra visita.
Comenzamos la visita por el Teatro-Museo Dalí, dedicado al pintor surrealista. Se trata del antiguo teatro municipal, convertido en museo por el propio artista y que se ha convertido en uno de los museos más visitados de nuestro país. Fue inaugurado en 1974 y aquí Dalí quiso que albergara para siempre su legado.
La fachada del edificio cuenta con muros rojos salpicados de panes de tres picos, símbolo de prosperidad, coronados por huevos y donde destaca la Torre Gálata, homenaje a Gala, el amor de su vida. Y dentro, nos sumergimos en el surrealismo de pleno, gracias a una importante exposición que, a través de numerosas obras, permiten realizar un recorrido por la trayectoria del artista.
Todas las obras merecen la pena, aunque hay algunas de mención obligada: Autoretrato blando con bacon frito (1941), Poesía de América-Los atlétas cósmicos (1943), Galarina (1944-45), La cesta del pan (1945), Leda atómica (1949) y Galatea de las esferas (1952). La cesta de pan, que fue imagen del Plan Marshall, es la única obra del museo que no se presta a ninguna otra institución.
Salvador Dalí decidió ser enterrado en su museo. Bajo el nivel principal del edificio, se encuentra la cripta, una pequeña habitación que alberga su tumba. Fue sepultado aquí el 25 de enero de 1989, dos días después de su muerte.
La oferta cultural de Figueres de completa con algunos museos más, entre los que destacan el Museo del Juguete de Cataluña, que expone una interesante colección de juguetes de diversas épocas, y el Museo de l’Empordà, donde el visitante se adentra en la historia, la cultura y el arte de la zona.
En las afueras de la villa, sobre una colina, nos encontramos el Castillo de Sant Ferran, una fortaleza que fue construida en el siglo XVIII y es una de las más grandes de Europa gracias a sus grandes dimensiones y a los más de tres kilómetros de perímetro.
El casco histórico de Figueres conserva parte de la antigua muralla medieval. También merece una visita la plaza del Ayuntamiento y la antigua judería. No podemos dejar la ciudad sin dar un paseo por la Rambla, eje principal de la ciudad. Se trata de una animada calle comercial que además cuenta las casas construidas por la pujante burguesía de los siglos XIX y XX, como son la Casa Cusí, la Puisg-Soler o la Casa Bonaterra, entre otras.