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Una de las ventajas de vivir en una gran ciudad como Madrid es que hay prácticamente de todo, zonas comerciales, museos, teatros, parques… Aún así, a veces uno necesita desconectar y hacer una escapada a un lugar distinto. No hace falta hacer largos viajes, a escasos kilómetros de la capital encontramos paisajes y pueblos sorprendentes. Desde murallas medievales kilométricas hasta plazas centenarias, pasando por palacios monumentales. Estas son algunas de las mejores excursiones que podemos hacer desde la capital en poco más o menos que una hora.
Aranjuez
Ubicada en un privilegiado escenario natural de la Comunidad de Madrid, se encuentra el Real Sitio y Villa de Aranjuez, un bello municipio que merece la pena explorar a fondo. Junto a su patrimonio histórico, encontrarás amplios espacios verdes famosos por sus arboledas y huertas que podrás recorrer andando, en bici, en barco e incluso a bordo de su tren histórico de la fresa.
Patones de Arriba
A tan solo 60 kilómetros de Madrid, Patones está situado en el nordeste de la Comunidad de Madrid. Se trata de un pequeño pueblo que ofrece paseos entrañables, lugares únicos donde comer y dormir, rutas de senderismo y cicloturismo, exposiciones, yacimientos arqueológicos y un patrimonio arquitectónico que le han valido la declaración de "Bien de Interés Cultural".
San Lorenzo de El Escorial
San Lorenzo de El Escorial, enclavado en plena Sierra de Guadarrama, fue residencia real veraniega a medio camino entre Madrid y La Granja de San Ildefonso. Gracias a ello, presenta una gran cantidad de monumentos de dicha época. Se trata de un municipio lleno de encanto, ambiente cultural y opciones de ocio. El Monasterio es un lugar de impresionantes dimensiones y de gran valor. Destaca la Basílica monumental, el Panteón Real, donde se encuentran enterrados monarcas españoles de las casas de Austria y Borbón, el Panteón de los Infantes, las Salas Capitulares, la Biblioteca y los patios, que no podían faltar en una Residencia de verano digna de reyes.
Chinchón
A 45 km al sureste de Madrid se encuentra la villa de Chinchón. Rodeada por los viñedos y olivos de la Vega del Tajuña, su casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1974. Con su Plaza Mayor de película, sus calles llenas de historia y una cocina local que se puede degustar en mesones y restaurantes...
Alcalá de Henares
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998 y situada al este de la Comunidad de Madrid, a tan sólo 30 kilómetros de la capital, la ciudad natal de Cervantes es un lugar ideal para pasear, recorrer sus calles y plazas, visitar sus museos y monumentos, comer en alguno de sus buenos restaurantes, tomar un café o una copa al atardecer en alguna de sus terrazas y llevarse de recuerdo algún dulce típico.
Buitrago de Lozoya
En el Valle Medio del Lozoya, se alza Buitrago sobre un promontorio circundado por el río Lozoya del que toma parte de su nombre, barrera natural para una población que se sitúa a los pies del puerto de Somosierra y a unos 75 km al norte de la ciudad de Madrid. Destaca por la muralla medieval tan musulmana como castellana y cristiana, que rodea su casco histórico y es a su vez rodeada por el río Lozoya. Su Castillo o Alcázar junto a la Iglesia de Santa María del Castillo, la Torre del Reloj y la muralla confieren un aire medieval a este municipio, que presume de una agenda cultural muy activa.
Brihuega
A esta localidad de Guadalajara hay que ir en julio si se quiere disfrutar del esplendor violeta de los campos de lavanda. Para ser partícipe de este espectáculo de color y aroma sin precedentes conviene apuntarse a una visita guiada al atardecer, que es cuándo la suave luz del sol le da un aspecto más brillante. El jardín de la Alcarria es también rico en patrimonio histórico. Conserva buena parte de su muralla, un castillo de Piedra Bermeja árabe y tres iglesias: Santa María de la Peña, rodeada de un precioso parque, la de San Miguel de estilo mudéjar toledano o San Felipe, de claro estilo románico. También merece una visita la Real Fábrica de Paños, un complejo industrial del siglo XVIII cuyo mayor reclamo son sus jardines de estilo versallesco y sus vistas sobre el río Tajuña.
La Granja de San Ildefonso
Este pueblo segoviano es una muestra de la opulencia monárquica del siglo XVIII, elegido por Felipe V para huir de la rigurosa corte madrileña. Al Real Sitio se va a respirar historia con su Palacio Real neoclásico, la Casa de Oficios o la Real Colegiata, también a probar los célebres judiones de La Granja no aptos para estómagos débiles y en torno a los cuales gira la fiesta de San Luis y a respirar aire fresco entre tanto verde. Su mayor reclamo en verano son los imponentes Jardines del Palacio Real de la Granja con una extensión de 146 hectáreas divididas en zonas ajardinadas y un inmenso bosque. Diseñados por el arquitecto francés René Carlier, en ellos se mezclan con maestría 26 fuentes monumentales de mármol y bronce, un enorme estanque de agua que las abastece, un laberinto al más puro estilo francés y un enorme bosque con pinos, castaños de indias, robles, sauces, cerezos silvestres...