Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEl 1 de julio las fronteras entre España y Portugal se abren de nuevo tras el cierre decretado por la pandemia de la Covid-19. Pasados los peores momentos del confinamiento y las graves consecuencias del coronavirus, podemos volver a disfrutar de las maravillosas ciudades y los pueblos con más encanto del país vecino. En esta ocasión, nos vamos a detener en algunos de los pueblos portugueses más bonitos.
Cerca de Lisboa nos encontramos con Cascais, un municipio enorme, vecino de Estoril. El paseo marítimo, lleno de cafés y heladerías, da cuenta de la calidad de vida que se percibe a pocos kilómetros de Lisboa. Un lugar para pasear por sus tranquilas calles cercanas al puerto, tómate un rico helado o practicar surf y windsurf en sus cercanas playas de la costa Atlántica.
85 kilómetros al norte de Lisboa nos encontramos con las fachadas blancas de las casitas de Óbidos, un regalo de bodas de Alfonso Henriques a su mujer, la reina Isabel. Hasta finales del XIX, Óbidos fue propiedad de los reyes de Portugal.
Se trata de una bonita ciudad amurallada y coronada por una fortaleza de origen musulmán. Entrando por la puerta de Santa María, visita la iglesia Matriz de Santa Maria y la Capela de São Martinho. En marzo se celebra un festival internacional del chocolate.
Bragança es preciosa población, muy cerca de la frontera con España, en la región de Tras-os-Montes. Como casi todas las ciudades del norte de Portugal, está en lo alto de un cerro que, poco a poco, va bajando hasta dominar el valle. El castillo y las murallas, su catedral, las preciosas plazas que salpican su casco histórico y recorrer su ciudad vieja son una visita obligada.
Marvão, cerca de la frontera con Cáceres, es un maravilloso pueblo del Alentejo. Elevado sobre un territorio ondulado de sierras y llanos, es un excelente mirador sobre docenas de kilómetros en todas direcciones. El New York Times escogió Marvão entre los mil lugares del mundo que uno debería visitar a lo largo de su vida, por la belleza de sus vistas, por su castillo y sus murallas y por el conjunto de arquitectura popular alentejana.
También en el Alentejo podemos detenernos en la capital de esta región, Évora. Con 2.000 años de antigüedad, muestra una mezcla de culturas y estilos arquitectónicos única en Portugal. Templos romanos, fuentes del Renacimiento, construcciones góticas y las laberínticas calles de estilo musulmán del distrito de Mouraria, te llevan a la plaza de Giraldo, donde tomar un café en una de las terrazas al aire libre.
Nuestro paso por el Alentejo portugués nos tiene que llevar a Vila Nova de Milfontes, una preciosa población costera en el corazón de las costas del Alentejo. Cuenta con la adoración de los portugueses, por lo que durante los meses estivales su población aumenta, atraída por sus playas y su gastronomía, sus callejuelas empedradas y bonitas vistas panorámicas sobre el río Mira.
Lagos es uno de los pueblos más bonitos de Portugal, en la costa sur. Lejos del turismo de masas, Lagos ofrece playas espectaculares, maravillosos paisajes naturales y un ambiente fresco. La mayor atracción de Lagos es la Ponta de Piedade, una serie de formaciones rocosas naturales junto a las playas, y también la posibilidad de practicar deportes acuáticos.
Tavira, también en el sur, ofrece una hermosa arquitectura de estilo mediterráneo a lo largo del río Gilão, sin el desarrollo turístico que han sufrido otras zonas como Albufeira, lo que le ha permitido mantener su esencia. Las calles y casas blancas, románticos puentes y coloridos barcos de pesca en la orilla del río lo convierten en una pequeña e idílica ciudad.
Guimarães es conocido como el lugar donde surgió Portugal como concepto, ya que allí nació Alfonso Henriques, el primer rey de Portugal. Desde Guimarães lanzó los ataques bélicos contra los moros que le sirvieron para reconquistar el país. Es un encantador pueblo medieval cuyo casco antiguo cuenta con hermosas plazas que forman un laberinto de calles adoquinadas. También podrás visitar un castillo que tiene más de 1000 años y que se encuentra en una colina, justo al lado del Palacio de Duque de Bragança.