La casa más extraña del mundo está en Portugal

A dos horas en coche de la ciudad de Vigo se encuentra la casa más extraña del mundo. Construida hace casi 50 años, la Casa do Penedo, o la casa de los Picapiedra, como muchos la llaman cariñosamente, está ubicada en la Sierra de Fafe (Portugal). Su construcción es muy singular, puesto que su estructura está formada por cuatro rocas de grandes dimensiones.

El origen de la Casa do Penedo se remonta a 1973. Tras una excursión familiar en el campo, dos padres y sus tres hijos tuvieron que resguardarse de una tormenta en su coche y ahí se les ocurrió construir un refugio de montaña. El emplazamiento era idóneo por sus grandes vistas, sin embargo, descubrieron que el terreno que les había maravillado tenía tres dueños. Finalmente consiguieron comprar las tierras y construyeron la casa en poco más de un año.

Vuelta al pasado y a la vida sin electricidad

Con el objetivo de crear una casa perfecta para pasar los fines de semana y periodos vacacionales, los dueños quisieron también que en su nuevo hogar se viviera con un estilo de vida propio de décadas pasadas. En su burbuja hogareña no existía la televisión ni el teléfono ni la electricidad, recrearon la vida de su infancia en los años treinta. A día de hoy, Casa do Penedo no tiene ninguno de esos servicio (pero sí agua y gas).

Su salto a la fama

A pesar de no conseguir nunca ser una casa discreta, tal y como sus dueños deseaban, debido a su aparición en un programa de televisión japonés, la casa atrajo un gran interés internacional. Tokyo TV le dedicó un programa entero sobre su arquitectura.

Los internautas descubrieron que la casa estaba en Strange Building in the World, antigua página web donde se podía votar por las viviendas más extrañas del mundo, y recibió tantos votos que en apenas diez días pasó del octavo al primero puesto. Este asunto logró perturbar la paz de los propietarios por las incesantes visitas de curiosos y de televisiones nacionales y extranjeras.

A raíz de esta situación, empezaron a recibir turistas y a realizar actividades en el entorno. La más habitual es la visita guiada, en la que se da a conocer la arquitectura y la historia de la casa. Aunque está totalmente prohibido tomar vídeos o fotografías, ya que sigue siendo la casa de vacaciones familiar y desean mantener cierta privacidad.

Como experiencias más completas se ofrece reservar la piscina que se encuentra en lo alto de un acantilado, una noche de observación de estrellas, e incluso, un programa de pastoreo durante un día. Todas ellas se pueden reservar en su página web. 

A día de hoy, la familia que construyó Casa do Penedo sigue visitando el lugar e instalándose durante ciertas semanas, fuera de la temporada alta de turistas. Su próximo objetivo es regularizar un alojamiento local en el que los turistas puedan pernoctar el tiempo que deseen.