Comporta (en Portugal) está más de moda que nunca, descúbrelo

Si hay una región para pasar unos estupendos días de relax en la playa, esa es la de Comporta, en nuestro país vecino Portugal (@visitportugal). A menos de una hora de Lisboa, te esperan estos kilómetros de infinitas playas donde ver y dejarse ver; además de descansar, desconectar y probar lo mejor de la gastronomía costera portuguesa.

Aquí la filosofía slow es una máxima que se debe cumplir si se elige este destino para las vacaciones de verano. Un lugar que está más de moda que nunca y al que se le conoce como los 'Hamptons' de Portugal, por su similitud con el enclave norteamericano donde los famosos tienen casa. 

¿Qué es Comporta?

Comporta es un paisaje casi virgen, pese al turismo cada vez más creciente, de playas inmensas de arena fina, antiguas cabañas de paja y madera que han reconvertido en coquetos hoteles y alojamientos veraniegos (tampoco está muy masificado, por ahora, en este sentido), pinares y campos de arroz que contrastan con la bravura y las frías aguas del Océano Atlántico.

Situándonos en el mapa, salimos de la ciudad lisboeta y nos dirigimos hacia la localidad de Setúbal para adentrarnos en la bella Reserva Natural do Estuário do Sado, que sirve de entrada a la zona de Comporta y la impresionante península de Troia.

Todo un espectáculo para la retina no muy lejos de nuestro país y donde uno puede tomar baños de sol y agua, a partes iguales, en las principales playas de la zona: Comporta, Carvalhal y Pego.

Descanso playero para comer

La mayoría de estos bellos arenales cuentan con una variada oferta gastronómica entre chiringuitos playeros y restaurantes para probar los mejores platos recién traídos del mar. Por ejemplo, Por do Sol, donde pedir algunas de sus especialidades con los mejores pescados de la zona; Comporta Café (@ComportaCafe), con deliciosos platos de marisco servidos en sus hamacas mirando al mar; o el Museu do Arroz, en la localidad de Alcacer do Sadonde, para probar los mejores arroces de esta bella tierra.

Tras la comida, nada como dar un paseo entre las coquetas tiendas que se extienden por este arenal de más de 40 kilómetros, con lo mejor de la cerámica portuguesa, coloridos textiles con aires mediterráneos para decorar la casa o prendas de ropa de lino para lucir a la brisa del mar en este rincón junto al Océano Atlántico.