Victoria Herrero
Viajes
Copenhague, un paseo por la capital de los vikingos
Victoria Herrero
Miércoles 4 de diciembre de 2019
ACTUALIZADO : Miércoles 4 de diciembre de 2019 a las 6:45 H
3 minutos
La serie sobre este temido pueblo ha devuelto el interés por conocer la capital de Dinamarca
Una ciudad de postal como sacada de un cuento medieval. Copenhague hoy es la capital danesa, pero antaño era un antiguo pueblo de pescadores que hacía su vida a orillas del ahora estrecho de Øresund, que sirve de separación natural con Suecia. Esta ciudad no es demasiado grande, por lo que merece la pena recorrerla a pie.
Así, el recorrido puede comenzar en el centro histórico medieval donde se encuentran algunos de los puntos de interés turístico: desde el Parlamento, pasando por el Tívoli –el parque de atracciones más antiguo de Europa (y uno de los más bonitos, sino el que más)–, o la famosa escultura de la sirenita. Una zona para admirar lo mejor de la arquitectura escandinava como en las bellas casas de colores junto al canal, que albergan numerosos restaurantes.
En esta ciudad se respira tradición y modernidad a partes iguales. Si no, basta con acercarse al barrio de Nørrebro, a poca distancia del centro. Un verdadero ejemplo de una sociedad multicultural nacida de la inmigración de las últimas décadas. Incluso los alrededores de la ciudad sorprenden. Si te interesa hacer una excursión por las cercanías de Copenhague, lo mejor es ir al norte; mientras que, si quieres desconectar con playas y parajes naturales, dirígete al sur.
Los vestigios vikingos en Copenhague
La ciudad es un buen lugar para conocer y acercarse a la cultura y tradiciones de este pueblo. Así, en el Museo Nacional –Nationalmuseet– se pueden contemplar los elementos más cotidianos de la vida de los vikingos. En este recorrido podremos descubrir cómo era este pueblo considerado bárbaro por muchos, de qué se alimentaban o los dioses a los que veneraban en sus rituales. Además, el museo nos permite contemplar sus vestimentas o cómo eran esas expediciones por mar.
Lo podemos catalogar como un lugar interactivo y didáctico para toda la familia y donde incluso podemos ver in situ la recreación de un barco vikingo e imaginarnos que surcamos los mares en él. Todo un viaje al pasado.
Los dueños del norte
Era oír pronunciar el nombre de este pueblo y muchos se echaban a temblar. Y es que por toda Europa se había extendido la leyenda que decía que los vikingos eran gigantes. Bárbaros feroces y salvajes que asaltaban ciudades enteras robando y matando sin piedad a todo aquel que osara cruzarse en su camino.
Fantasías aparte, lo cierto es que en la capital danesa podemos empaparnos de su historia, la de uno de los mejores navegantes de su época. Destacaban, además, por la importancia que le daban a la familia; el verdadero núcleo y base de toda su comunidad. Esto hacía que las mujeres se ganaran el respeto por su independencia y reconocimiento en esa sociedad, lo que admiraban otras féminas del siglo IX.