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Si todavía buscas destinos de vacaciones que incluyan naturaleza, arte y gastronomía, puede que lo hayas encontrado. Tudela es la segunda ciudad más grande y poblada de la Comunidad Foral de Navarra (@TurismoNavarra). Alegre, hospitalaria, abierta a la ribera del río Ebro, que define su silueta y marca sus tradiciones, Tudela es un estupendo destino de fin de semana o incluyo uno de los destinos locales ideales durante el coronavirus. Su silueta, desde el magnífico puente medieval que cruza el Ebro, con sus 17 arcos ojivales, es lo primero que llama la atención y anuncia que entras en un lugar con un rico patrimonio, resultado de las culturas musulmana, judía, mozárabe y cristiana que han influido en ella.
?️ Tudela, bañada por el Ebro y cuna de una verdura inigualable, alberga una arquitectura fruto del mestizaje de mozárabes, judíos y musulmanes durante 400 años. Además, a pocos km puedes visitar el desierto de las #BardenasReales.
— Turismo Navarra (@TurismoNavarra) January 5, 2020
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Qué ver y qué hacer en Tudela
Recorrer las calles del casco antiguo, salpicado de casonas y palacios renacentistas, es un placer, pero si algo destaca en el conjunto monumental tudelano es la Catedral de Santa María, conocida como de La Virgen. Se comenzó a construir en el siglo XII sobre los restos de la antigua mezquita, por eso el templo es una mezcla armoniosa de distintos estilos arquitectónicos. Tienes que visitar el claustro renacentista, la propia iglesia gótica y las capillas barrocas anexas, del siglo XV. La Puerta del Juicio es uno de los elementos que más impresiona de la catedral. Merece la pena mirarla con detenimiento para ver la riqueza de sus esculturas románicas, que representan el cielo y el infierno.
Próximo a la catedral se encuentra el Ayuntamiento y en las sinuosas calles aledañas, como la calle Portal o la de Magallón, verás algunos de los palacetes platerescos más interesantes de Tudela, como la Casa del Almirante, el Palacio de San Adrián o el del marqués de Huarte. En este primer recorrido, no puede faltar una pausa en la Plaza de los Fueros, lugar de encuentro de los tudelanos, que separa el casco antiguo de la ciudad moderna.
Si dispones de tiempo, la visita al Museo de Tudela (@MuseodeTudela), junto a la catedral y centrado principalmente en piezas de arte sacro, y al Museo Muñoz Sola de Arte Moderno son totalmente recomendables.
Naturaleza y gastronomía
La naturaleza y la gastronomía son dos atractivos más para acercarte a esta ciudad moderna y, al mismo tiempo, fiel a sus tradiciones. Comer en Tudela es un lujo. Las verduras y hortalizas de la huerta te van a dar la oportunidad de saborear una de las mejores menestras que hayas podido probar. Alcachofas, espárragos, borrajas… Hasta una simple lechuga sabe de otra manera. Si a tus verduras le sumas alguna de las exquisitas carnes procedentes de reses navarras, no querrás dejar la ciudad.
Por último, si visitas Tudela, tienes muy cerca uno de los espacios naturales más singulares de la península: el Parque de las Bardenas Reales, Reserva de la Biosfera, con sus impactantes paisajes semidesérticos. Si te apetece una bonita ruta de senderismo, también la tienes. La Vía Verde del Tarazonica une las localidades de Tudela y Tarazona, siguiendo la antigua vía férrea y ofreciendo un agradable paseo (22 kilómetros) entre acequias y cultivos que explican la exquisitez de los productos que da esta tierra.