Mariola Báez
Viajes
Descubriendo Menorca, la menos popular de las Islas Baleares
Paisajes, cultura, playas, naturaleza, historia… lo tiene todo
La más oriental de las Baleares es una isla fascinante que, durante décadas, ha permanecido ajena al boom turístico de Mallorca o de la súper famosa Ibiza, aunque por suerte (según se mire) ya son muchos los que saben que en sus algo más de 700 kilómetros cuadrados, guarda toda la belleza del Mediterráneo.
Menorca, Reserva de la Biosfera desde 1993, ofrece a todo el que la visita mil opciones para disfrutar de la isla centrándose en aquello que más le apetezca. Cualquier primer encuentro tiene que partir de un recorrido por la capital, Mahón, que surge junto al magnífico puerto natural, uno de los más grandes del Mediterráneo, codiciado durante siglos por las distintas civilizaciones. Mahón merece un paseo detenido para conocer lugares de visita obligada. La Fortaleza de La Mola, en la misma bocana del puerto, la Iglesia de Santa María o la Plaza de la Constitución, donde asoma el ayuntamiento, son solo algunos.
MahónEn el recorrido por la isla no puedes dejar de acercarte a sus localidades más bonitas e interesantes. La Ciudadela, con su casco histórico de plazoletas y calles empinadas y estrechas que suben hasta el Castillo de San Nicolás y su coqueto puerto, ideal para hacer una pausa; Binibeca, el encantador pueblo pescadores en la costa sur, o El Fornells, donde probar la exquisita caldereta de langosta, plato tradicional de la gastronomía isleña, son una pequeña muestra de todo lo que te espera en Menorca.
Playas, paisajes y el misterio de la cultura Talayótica
Menorca combina a la perfección una excelente oferta turística con el respeto a su entorno natural. Sin duda, uno de sus atractivos son las playas y calas de arena fina y aguas turquesas. Difícil elegir con cual quedarte, si con las más agrestes de la cara norte, o los espléndidos arenares del sur. Cala Turqueta, Cala Macarella, Galdana, Pregonda, Mitjana, Playa de Son Bou, Son Saura… todas distintas y especiales. La que elijas será acierto seguro.
La isla asombra con sus contrastes y una buena manera de descubrirlos es el Camí de Cavalls, un antiguo camino circular que recorre Menorca y que puedes hacer a pie, en bicicleta o como prefieras. El Camino muestra algunos de los entornos menorquines más espectaculares, desde el humedal de Es Grau, hasta los paisajes rocosos de Favàrit o los arenales d’en Castell, el recorrido por la isla te deparará más de una sorpresa.
En tu ruta tienes que ver los vestigios arqueológicos de la cultura talayótica que se consideran manifestación de los primeros habitantes de la isla, antes incluso de la Edad de Bronce. Misteriosos monumentos funerarios como la Naveta de Tudons, a escasos 40 kilómetros de la Ciudadela, o el poblado talayótico d’en Galmés son algunas de las visitas que te mostrarán la cara menos conocida de una isla que sigue fiel a sus tradiciones y a su historia.