Destinos para viajar en familia y descubrir la prehistoria

Llega el verano y a la playa o la montaña se pueden sumar otro tipo de viajes, con un carácter más didáctico y enfocado a pasarlo bien con toda la familia. En nuestro país podemos disfrutar de ciertos enclaves que nos relatan todo lo relacionado con la prehistoria de forma amena y divertida. Te contamos dónde encontrarlos y qué esperar de ellos.

Cueva de las Covalanas

Cantabria es mundialmente famosa por su espectacular arte rupestre prehistórico, pero para disfrutar de una de las visitas más íntimas y auténticas de la región, ve a la Cueva de Covalanas, a 3 kilómetros al sur de Ramales de la Victoria (tendrás que caminar los últimos 700 metros arriba). Aquí, un guía experto te llevará a 70 metros hacia la cueva, en un misterioso recorrido de 45 minutos por sus magníficas representaciones de ciervos y otros animales, grabadas en las paredes con una técnica de puntos raros.

De repente, te hundirás (deliberadamente) en la oscuridad en medio de estas obras de arte que datan del año 18.000 a.C., aproximadamente. La boca de la Cueva de Cullalvera se abre en el borde de Ramales, pero esta es una visita muy diferente, a lo largo de un paseo marítimo bien iluminado y acompañado de efectos de agua. Siempre reserva con antelación (por internet o por teléfono) para ambas cuevas, ya que las plazas son limitadas.

Yacimiento de Atapuerca

Atapuerca (@FATAPUERCA), hogar de varias cuevas de piedra caliza cerca de Burgos, es conocido por los abundantes restos humanos, del género Homo, descubiertos allí a partir de 1976. El sitio, llamado Sima del Elefante ("Pit of the Elephant"), contiene la evidencia más antigua de restos humanos en Europa occidental: fragmentos de una mandíbula y dientes que datan de 1,1 a 1,2 millones de años atrás.

El sitio cercano de Gran Dolina contiene más restos humanos de hace, aproximadamente, 800.000 años y algunas de las herramientas más primitivas encontradas en esta parte del continente.

Cuevas de Altamira

Conocida por sus magníficas pinturas prehistóricas, fue descubierta en Cantabria por un cazador en 1868 y visitada en 1876 por Marcelino Sanz de Sautuola, un noble local. Este regresó en 1879 para excavar el suelo de la cámara de entrada de la cueva, desenterrando huesos de animales y herramientas de piedra. En una visita a finales de ese verano, fue acompañado por su hija de ocho años, María, quien divisó por primera vez las pinturas de bisontes en el techo de una cámara lateral.

Se determinó que la pintura negra utilizada en los dibujos estaba compuesta en gran parte de carbón vegetal, que puede ser fechado por radiocarbono. A comienzos del siglo XXI, este método se había aplicado a varias imágenes en el techo de Altamira (@museodealtamira). Los científicos ahora creen que las pinturas del techo datan de entre 14.820 a 13.130 años. En julio de 2001, se abrió al público un símil exacto de la cámara decorada de la cueva, la cámara de entrada y la boca colapsada durante mucho tiempo.

Dinópolis

Con 500 exhibiciones diferentes, Territorio Dinópolis (@dinopolisteruel) te enseña todo lo que siempre quisiste saber sobre los dinosaurios. Puedes ver los huesos auténticos del esqueleto de dinosaurio más grande de Europa y tomar un pequeño tren “a través del tiempo” desde el Big Bang hasta la época de dichas criaturas. También puedes subir a bordo de un barco para viajar a través de la Edad de Hielo a la llegada de los humanos primitivos. Dirígete al cine 3D para ver una película siguiendo la vida de un dinosaurio y luego agrega otra dimensión al ingresar al simulador 4D.