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Guía para descubrir Tabarca: la única isla habitada de la Comunidad Valenciana

65ymás

Lunes 24 de junio de 2019

ACTUALIZADO : Martes 18 de febrero de 2020 a las 19:39 H

5 minutos

A pesar de su pequeña extensión, es un lugar único que atrapa con su historia

Isla de Tabarca
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Lunes 24 de junio de 2019

5 minutos

La isla de Tabarca es la única isla habitada de la Comunidad Valenciana y se encuentra frente a la ciudad de Alicante, a once millas náuticas y cerca del cabo de Santa Pola. En realidad, más que de una isla, se trata de un pequeño archipiélago, compuesto además por los islotes La Cantera, La Galera y la Nao. Posee una longitud aproximada de 1.800 metros y una anchura máxima de unos 400 metros.

Sus costas albergaron en el pasado un refugio de piratas berberiscos. En el siglo XVIII, Carlos III ordenó fortificarla y levantar en ella un pueblo en el que alojar a varias familias de pescadores de Génova que estaban cautivos en la ciudad tunecina de Tabarka. Las murallas que rodean su núcleo urbano han sido declaradas Conjunto Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural.

Isla de Tabarca

Tabarca es un lugar único que atrapa con su historia, haciéndonos recordar que inspiró a artistas y atrajo a piratas. De hecho, para acabar con la piratería, la isla fue fortificada y poblada por habitantes de la isla de Tabarqah (Tabarka) situada en Túnez. De esta época (s. XVIII) quedan las murallas, las puertas de San Gabriel, San Miguel y San Rafael, la torre defensiva de San José, la Casa del Gobernador y la Iglesia. En el extremo oriental de la isla se encuentra el faro, del siglo XIX.

Siguiendo los planteamientos urbanísticos del siglo XVIII, se edificó una ciudad como una maqueta perfecta, rodeada de impresionantes murallas, muy bien conservadas en su mayoría, y con acceso a través de tres grandes portadas: la puerta de San Rafael, que queda al lado de Levante; la de San Gabriel, mirando a poniente, y la puerta de San Miguel, con vistas a la ciudad de Alicante, que desemboca en un acantilado bajo de roca redondeada llamado por los lugareños El Puerto Viejo. Pero lo que más llama la atención al visitante, por su monumentalidad, es la Iglesia de estilo barroco, que resalta sobre el perfil de la isla.

Otro edificio histórico es la antigua Casa del Gobernador. Una construcción en la que resaltan los detalles de la vivienda original, conservando arcos y muros. Los solitarios meses de invierno ofrecen la posibilidad de integrarse más en la vida cotidiana de la isla, alterada durante el verano por la gran afluencia de turismo.

Isla de Tabarca

Es además un auténtico paraíso marino (reconociéndose en 1986 como la primera reserva marina del país) de aguas cristalinas y espectacular fauna y flora que hará las delicias de los amantes del buceo. La línea de la costa es recortada, formada por pequeños acantilados de escasos metros de altura, con playas de cantos rodados y una única playa de arena con aguas transparentes.

A pesar de la pequeña extensión de la Isla de Tabarca, no hay tiempo para el aburrimiento. Un recorrido por el campo permite contemplar el Torreón de San José y el antiguo faro, hoy restaurado para albergar un interesante laboratorio biológico que sirve de base a la Reserva Marina. Continuando con el paseo encontramos el pequeño cementerio, desde donde se divisa el islote de la Nao, concurrido refugio de la notoria comunidad de gaviotas que habita en Tabarca. Si el calor aprieta, vale la pena bajar a tomar un baño a alguna de las muchas calas empedradas que forman la costa, ideales para disfrutar del aislamiento. Y cómo no, unas simples gafas de bucear nos abren un incomparable paisaje submarino, plagado de distintas especies.

Isla de Tabarca

En verano cualquier deporte naútico tiene cabida en Tabarca, su situación facilita la práctica de la vela, el windsurf o el sencillo paseo en barca por los fantásticos islotes que la rodean. Durante el invierno, la isla presenta un panorama solitario y tranquilo, ideal para largos paseos por el campo. Cambia completamente su aspecto en primavera, desprendiendo un aroma que el visitante no olvidará nunca. La reducida población que habita la isla en esa temporada invita a la tertulia en los bares que permanecen abiertos.

Cómo organizar una visita a la isla de Tabarca

La visita típica suele ser de un día. Existen múltiples salidas, con mayor o menor regularidad en función de la temporada, desde el puerto de Alicante en un cómodo paseo marítimo de aproximadamente una hora de duración. También se puede acceder desde Santa Pola o Benidorm.

Isla de Tabarca

Una vez en la isla, los visitantes podrán disfrutar de calas y playas de aguas transparentes y de un pintoresco puerto marinero, con una excelente oferta de restauración, con la posibilidad de degustar el tradicional caldero, el plato típico de la isla. Se recomienda pasear por el núcleo urbano y visitar el museo de la isla. El visitante puede alojarse en la propia isla debido a la apertura de establecimientos de alojamiento en los últimos años.

Más información para visitar la isla de Tabarca aquí

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