Verónica Mollejo
Viajes
Islas griegas desconocidas que también merece la pena visitar
Aunque todo el turismo se concentre en ellas, hay vida más allá de Mikonos, Santorini o Creta
Juntas conforman un entorno idílico, rodeado de aguas cristalinas, una abundante vegetación y casitas pintadas de un blanco reluciente. Esta estampa, fácilmente reconocible, corresponde a algunas de las islas griegas que habitan en el mar Egeo y que en los últimos años se han convertido en un destino turístico de excepción.
Mykonos, Santorini, Creta y Rodas son las más populares, sin embargo, entre las más de 6.000 islas que forman parte del país, existen otras de igual atractivo, pero no tan conocidas en el extranjero. Paraísos olvidados que también merece la pena visitar. ¿Cuáles son?
Ikaria
En esta isla, situada en el lado oriental del Mar Egeo, se funden a la perfección parajes tan heterogéneos como lagos y cascadas, frondosos bosques repletos de vida silvestre y pequeñas aldeas de calles empedradas y edificios históricos. Como la iglesia de Agia Irini o el Castillo de Koskina, que datan de los siglos XI y XII, respectivamente; y las ruinas de la antigua acrópolis. Si, además, eres de los que disfrutan degustando los manjares de la tierra, no dudes en probar el soufiko, un plato muy similar a nuestro pisto manchego.
Kastellorizo
En este caso, tienes que trasladarte hasta el este de Rodas, muy cerca de la costa de Turquía. La isla de Kastellorizo es una de las más remotas de Grecia, sin embargo, es famosa por su hermoso y pintoresco puerto y su exquisita gastronomía. Apenas mide nueve kilómetros cuadrados, pero es el lugar perfecto para los amantes de la tranquilidad y los deportes acuáticos, especialmente el buceo y el snorkel. Entre sus puntos de mayor interés destacan la Cueva de Parasta, la catedral de Agios Konstantinos y la única tumba Licia presente en Grecia.
Samotracia
Si buscas la fiesta y las aglomeraciones vinculadas normalmente a estos destinos, Samotracia no es tu isla. Los griegos aseguran que se trata de un lugar que esconde una magia especial. Quizás se debe al Templo de los Dioses que todavía allí reside o quizás a los bellos paisajes que encandilan a los senderistas y exploradores que se atreven a adentrarse en sus tierras. Aunque su mayor encanto son las playas de arena dorada y agua azul turquesa. Un oasis prácticamente virgen que no dejará indiferente a nadie.
Sifnos
Con un paisaje árido y montañoso, Sifnos sí sigue el estilo típico del resto de pueblos griegos, con casitas blancas, tejados azules y calles empedradas. Sin embargo, su riqueza cultural marca la diferencia. Allí podrás visitar toda una suerte de monasterios de gran belleza, aunque uno acapara casi toda la atención: el Monasterio del Monte Profitis Ilias, todo él fortificado y de la época bizantina. También destaca la Iglesia de los Siete Mártires, que espera tu visita sobre la cima de un islote rocoso, ofreciendo así unas vistas espectaculares al mar, ideales para ver el atardecer.