Victoria Herrero
Viajes
Jaca bien merece una visita, y no solo en los meses de invierno
La capital de la comarca de Jacetania alberga un pasado militar con bellos edificios modernistas
Dicen de ella que es la capital de la nieve. La capital de la comarca de Jacetania, en el Pirineo Aragonés, recibe cada invierno a miles de turistas deseosos de subirse a un par de esquís pero, también, atraídos por la belleza de esta zona de Huesca próxima a la frontera con Francia.
Lugares imprescindibles de Jaca
Una de las paradas obligatorias si vas a visitar esta ciudad es deternerse en su catedral, una de las primeras de estilo románico que hay en nuestro país y que data del siglo XI. Una época en la que Jaca se convirtió en primera capital del Reino de Aragón, por orden del rey Sancho Ramírez.
Antiguos vestigios de un pasado militar todavía conviven en la ciudad de Jaca, donde su impresionante ciudadela es el mejor ejemplo de espacio defensivo de entonces. Si quieres ver el atardecer de toda la zona, sin duda este es un lugar de lo más especial para hacerlo. Otro de los emblemas de su amplio patrimonio militar es el Fuerte de Rapitán construido a finales del siglo XIX.
Con el derribo de su muralla medieval a comienzos del siglo XX, la ciudad vivió una transformación urbana de la que dan buena cuenta algunos edificios con aires modernistas. Inmuebles que hoy podemos contemplar en la Avenida Primer Viernes de Mayo y la Calle Mayor.
Guía práctica: dormir y comer
Lo mejor para disfrutar de esta comarca de Jacetania y todos los rincones que guarda el norte de Huesca es disfrutar de un par de días en Jaca. Y para ello hemos seleccionado dos establecimientos que harán las delicias de todo viajero cansado al final del día. El Hotel & Spa Jaca Real es una suerte de paraíso a pocos minutos del centro histórico de la ciudad, donde su mayor tesoro es su preciado spa, perfecto para relajarse tras una jornada de turismo.
Si lo que buscas es un pequeño y coqueto hotel, Villa Iacca es el idóneo. Un remanso de tranquilidad en sus siete confortables habitaciones con vistas al monte Oroel y con una ubicación que lo hacen perfecto para un día de ruta por los valles colindantes o las pistas de esquí de la zona.
La gastronomía del Alto Aragón conserva una identidad propia gracias a platos tan tradicionales y característicos como el ternasco, el chuletón, las migas o el ciervo. Y para degustarlos, lo mejor es acercarnos a este restaurante que te proponemos: Restaurante Corbacho. Su horno de leña y brasa es el verdadero protagonista de una cocina donde destacan delicias como los caracoles guisados a la montañesa, su taco de bacalao gratinado o su insuperable arroz con leche con su toque de canela.