Victoria Herrero
Viajes
El encanto de la localidad asturiana de Llanes; la perfecta escapada de verano
Una villa marinera donde no faltan edificios medievales, paseos junto al mar o playas escondidas
Una de las villas marineras con más solera de toda la costa cantábrica y que acoge cada verano a miles de visitantes que no quieren perderse los encantos de esta bella tierra asturiana (@TurismoAsturias). Llanes es pasear por el puerto, disfrutar de olas embravecidas en playas de cuento y casi escondidas, visitar sus monumentos, acercarse a cordilleras montañosas de infarto o dejarse deleitar por una gastronomía con algunos de los mejores productos recién sacados del mar.
Un paseo por su centro histórico
Comenzamos nuestra escapada a la localidad dando un agradable paseo por su centro histórico que nos lleva a una época medieval en las callejuelas de esta zona antigua flanqueada por el Torreón y las murallas. En este recorrido para conocer la antigua esencia de Llanes no podemos perdernos una visita a la basílica de Santa María, la plaza Santa Ana o el Palacio de Gastañaga, que ofrecen un mágico contraste con uno de los atractivos turísticos del municipio, los Cubos de la Memoria. Junto al puerto del pueblo podemos contemplar estos coloridos bloques de hormigón obra de Agustín Ibarrola.
No podemos terminar este paseo por el centro de Llanes sin dejar de recorrer el paseo de San Pedro contemplando todo el inmenso mar sobre estos acantilados.
Playas de película
Mansiones de estilo indiano, calles y playas de Llanes han sido escenario de los rodajes de algunas películas muy conocidas de nuestra cinematografía como El Orfanato, El Abuelo o El Portero. Precisamente los arenales de esta localidad sirven de excusa para todo aquel que quiere hacer una escapada a la zona.
Así, si este es tu plan para algún fin de semana próximo no te olvides de visitar la playa de El Sablón en pleno centro de Llanes, pero sobre todo las bellas Toró (una de las más fotografiadas de la zona), la salvaje de Torimbia o la de Poo que, en ocasiones, parece una piscina natural con el movimiento de las mareas.
Playa de Torimbia (Carlos Losada)Sin embargo, si hay que decantarse por una, es un pecado no visitar la playa de Gulpiyuri, una playa de interior. A pesar de ser muy pequeña, no llega a los 50 metros de longitud, su encanto reside en ese momento en el que el agua del mar entra a través de un túnel horadado naturalmente en las rocas. Una belleza de lugar, sin duda.
Como también lo son los conocidos Bufones de Pría. Unas grietas en un acantilado por donde se cuela el agua del mar a presión, como si de un surtidor vertical se tratase, cuando la marea está enfurecida.