Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
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Lunes 7 de febrero de 2022
ACTUALIZADO : Lunes 7 de febrero de 2022 a las 15:26 H
6 minutos
España está llena de lugares abandonados que componen una estampa maravillosa. Están repartidos por toda la geografía. En esta ocasión nos detenemos en algunos lugares que, tras el paso del hombre, han quedado en desuso, más o menos abandonados, algunos con proyectos de recuperación y otros como escenarios de visitas guiadas que nos permiten conocer una parte de nuestra historia colectiva.
Ainielle (Huesca) sería simplemente un pueblo más de los muchos que han ido quedando abandonados en el Pirineo aragonés, si no fuera por Julio Llamazares, que lo convirtió en protagonista de su novela La lluvia amarilla, el monólogo interior del último habitante de Ainielle. Nos cuenta cómo la gente se fue yendo poco a poco, cómo los últimos vecinos dijeron adiós y cómo, tras la muerte de su mujer, se convirtió en el único habitante del pueblo. Desde la publicación del libro, Ainielle, deshabitado desde 1970, es una especie de lugar de peregrinación. Incluso hay una marcha senderista anual de Oliván a Ainielle.
El caso de Granadilla es un poco distinto. Tal vez sea el pueblo abandonado más bonito de España. Granadilla es un antiguo feudo medieval situado al norte de la provincia de Cáceres que quedó deshabitado en la década de los 60 por la construcción del Embalse de Gabriel y Galán. En 1984 fue incluido en el Programa Interministerial de Pueblos Abandonados que acabó permitiendo la restauración parcial del pueblo con fines sociales y educativos. Las vistas desde el castillo son preciosas y pisar su Plaza Mayor nos traslada seis décadas atrás en el tiempo.
Belchite Pueblo Viejo (@belchiteturismo) es un pueblo que quedó destruído durante la Guerra Civil y donde se puede recorrer sus calles conociendo los acontecimientos que tuvieron lugar durante los días la Batalla de Belchite. Cuenta con un recinto histórico donde los guías son descendientes de los propios vecinos que habitaron la población. Los datos aportados durante la visita guiada se han recopilado y contrastado con toda la bibliografía y documentación existente, incluidos los partes oficiales de ambos ejércitos.
Entre las muchas visitas turísticas que podemos realizar en la provincia de Burgos, también hay lugares abandonados que sobrecogen por la grandeza que debieron tener siglos atrás. Es el caso de los monasterios de San Pedro de Arlanza y Santa María de Rioseco.
El Monasterio de San Pedro de Arlanza estuvo en funcionamiento durante casi diez siglos, hasta 1835 debido a la desamortización de Mendizábal. Lo que quedan son unas ruinas: parte de la iglesia construida en 1080, de la torre del siglo XII, el claustro, algunas dependencias monacales… Merece la pena hacer una visita guiada para conocer su historia a fondo.
El Monasterio de Santa María de Rioseco está en Las Merindades, cerca del río Ebro. Las ruinas han sido rescatadas del olvido gracias al Colectivo “Salvemos Rioseco” que ha realizado una labor de rehabilitación enorme. Pasear por la iglesia y entre los muros del claustro, en plena naturaleza, hace de esta visita una experiencia única.
La Estación de Canfranc, Huesca, es conocida como El Titanic de las montañas y hace ya tiempo que dejó de operar el tráfico ferroviario. Es realmente grandiosa, no solo porque el edificio tenga más de 200 metros de planta, sino por lo espectacular del entorno y por encontrarse a 1.200 metros de altitud. Durante las últimas cuatro décadas, el edificio se ha deteriorado debido a una escasa inversión económica y las inclemencias meteorológicas, por lo que ahora se encuentra en obras para devolverle todo su esplendor.
El Fuerte de San Cristóbal (Navarra) se empezó a construir a finales del siglo XIX para proteger a Pamplona de la artillería colocada en lo alto del monte. Pero cuando se finalizó, en 1919, esa idea ya era obsoleta por la aparición de la aviación. Se utilizó como prisión entre 1934 y 1945, uso que fue muy polémico por las malas condiciones en las que estaba los presos. En 1938 el lugar fue escenario de una de las mayores fugas de presos del mundo: 795 lograron salir, pero no llegaron muy lejos y fueron capturados o abatidos en los siguientes días. Como curiosidad, la fuga la prepararon treinta presos usando el esperanto.
El Sanatorio de Cesuras, en la provincia de A Coruña, es un hospital inacabado para enfermos de tuberculosis en Galicia. En 1924 se colocó la primera piedra de este edificio. En 1933 y por motivos económicos el sanatorio fue paralizado oficialmente y desde 1936 se encuentra en la ruina y el abandono de una manera permanente. En la actualidad el edificio ha sido engullido por el antiguo jardín que rodeaba las instalaciones y que se denomina Parque del Sanatorio.
El transatlántico SS América es más conocido como El barco fantasma de Fuerteventura. Fue inaugurado en 1939 por la primera dama de Estados Unidos, Eleanor Roosevelt, siendo el barco más grande de su tiempo y uno de los más lujosos. Naufragó en 1994 cuando era remolcado para trasladarlo a Tailandia. Estalló una fuerte tormenta que dejó el buque a la deriva, encallando finalmente frente a las costas de Fuerteventura. Al final, el mar se tragó el barco pero, en marea baja, desde la playa de Garcey, podemos apreciar un trozo de su cubierta.