Lugares imprescindibles en la mágica ruta de la Costa da Morte

Visitar la Costa da Morte es una de las experiencias más fascinantes que puede vivir cualquier viajero. Situada en la provincia de A Coruña, en el noroeste del litoral gallego, esta región costera abarca desde Arteixo hasta el cabo de Fisterra, el icónico fin del mundo, el fin de la tierra, el Finis Terrae de los romanos, el límite occidental de Europa.

Esta parte de la costa gallega ofrece al visitante maravillosas playas desiertas, ensenadas, acantilados, cabos que penetran en un océano bravío y de aguas agitadas, monumentos y leyendas. Todo ello conforma un paisaje inconfundible que confiere a esta zona una seña de identidad tan definitoria como la de sus playas y puertos que invitan al paseo reposado donde contemplar las labores de los hombres y mujeres del mar.

Malpica

Muchas son las visitas imprescindibles que encontramos en la Costa de Morte, e indudablemente una de ellas es Malpica, en la comarca de Bergantiños, cuyas primeras noticias documentadas se remontan al siglo XIII cuando aparece citada como lugar perteneciente al señorío del arzobispo de Compostela.

En Malpica es importante no dejar de visitar la Torres de Mens, un castillo del siglo XV construido sobre una fortaleza anterior, que a la vez se situaba sobre un antiguo castro. Se trata de un conjunto formado por una vivienda y tres torres de planta cuadrada rodeadas de un recinto circular amurallado que está incluido en el Registro General de Bienes de Interés Cultural como monumento de arquitectura militar que en 1993 recibió el premio que otorga Europa Nostra, la federación pan-europea para el patrimonio de Europa.

También en Malpica hay que conocer su puerto porque en el que verá a los pescadores de caña y a los marineros que izan las artes de pesca mientras las embarcaciones se acercan al puerto abarrotadas con la pesca de la noche o del día. Allí, sentadas, las atadoras cosen con arte las redes que se rompieron en el fondo del mar. En la lonja, a primera hora de la tarde, el grito de la subasta espera la voz de "mío" para que se haga el silencio y realizar la compra. Y en agosto las Fiestas del Mar funden agua, fuego y gente en la alegría.

Pero Malpica no solo es su puerto, también su villa de calles empinadas y plazas que marcan el ritmo de la vida marinera, como la Plaza de Anselmo Villar Amigo o la de Santa Lucía. Por si esto fuera poco entre el pueblo de Malpica y la ermita y cabo de Santo Hadrián se encuentra la pequeña playa de Seaia que invita al descanso y la contemplación y a la que se puede llegar por carretera o por el encantador sendero que discurre por el borde litoral desde la playa de Canido. Allí, un pequeño sistema dunar nos dará la bienvenida a esta playa con forma de ensenada, de unos 250 metros de ancho y situada en una zona virgen pero acondicionada y acondicionada con duchas, merendero, parrillas y fuentes.

En Malpica, más concretamente en punta Nariga, también se levanta con sus 50 metros de alto el faro más moderno de Galicia, construido en 1995 y diseñado por el arquitecto pontevedrés César Portela que poco después recibió el Premio Nacional de Arquitectura. Su entorno está lleno de magia en este acantilado golpeado por el mar y presenta curiosas formaciones rocosas que en ocasiones recuerdan a diferentes animales. La visita es imprescindible tanto en días de sol como en días de tormenta porque en los primeros se disfruta la calma del mar y el faro estático y en los segundos sorprende el dinamismo de las nubes y los hermosos cambios de luz.

Ponteceso

También en la comarca de Bergantiños nos encontramos con la localidad de Ponteceso donde merece la pena conocer sus calles, plazas y parques. Allí nació, en 1835, el célebre escritor gallego Eduardo Pondal, uno de los personajes clave del “Rexurdimento” de la cultura y de las letras gallegas, que escribió el famoso poema "Os pinos" cuyas primeras estrofas son la letra del himno gallego.

Fuera de la ciudad también se puede visitar Monte Branco, el más emblemático de la comarca. Desde allí se disfrutan unas espectaculares vistas de playas, acantilados, dunas y la gran lengua de arena de la playa de O Medio, denominada A Barra, que parece querer impedir que el río Anllóns toque el mar.

Un río Anllóns que es un Lugar de Importancia Comunitaria (LIC), una zona que Europa designada de interés comunitario por su contribución a restaurar el hábitat natural. El espacio protegido comprende el curso del  Anllóns desde Carballo hasta la desembocadura en Ponteceso e incluye los ecosistemas del río, los bosques de ribera y la marisma.

No lejos de allí se encuentra Punta Roncudo, uno de los rincones emblemáticos de la Costa da Morte y cuyos percebes pasan por ser los mejores de Galicia. En aquel entorno marítimo hay un mirador donde disfrutar de impresionantes panorámicas de la ría de Corme y Laxe. También allí están las Cruces de os Percebeiros, el emblema de Corme que recuerda a los percebeiros y gentes del mar lo frágil que es la existencia y lo proceloso que es el mar en la Costa da Morte. 

El puerto de Corme es hoy un lugar tranquilo que invita al paseo, algo que contrasta con la actividad que tuvo a principios del siglo XX cuando fue el primer puerto de España en exportación de madera. Pero en Corme también merece la pena conocer el Museo de Arte Contemporáneo Costa da Morte y la Pedra da Serpe, un monumento único de suma importancia. De origen desconocido y fecha incierta, se trata de una roca de granito con el relieve de una serpiente, sobre la que se clavó una cruz. En la base del crucero podemos apreciar la figura de una serpiente alada, algo excepcional en el mundo occidental. Cuenta la leyenda que fue San Adrián, patrón de esta parroquia, el que libró a esta tierra de una plaga de serpientes, al golpear fuertemente con el pié en el suelo y hacerlas desaparecer a todas, quedando encantadas bajo esta piedra.

No lejos de allí se encuentra la playa de Balarés situada en la ría de Corme y Laxe, en un extremo del Monte Branco, un entorno natural con magníficas vistas panorámicas sobre todo el recorrido desde Ponteceso, con gran belleza con puntos de observación singulares como el mirador sobre la desembocadura del río Anllóns, la cima del monte Branco y el descenso hasta la playa que tiene forma de ensenada, con una arena blanca y fina y un oleaje moderado.

Laxe

Laxe es sin duda otro de los lugares imprescindibles en la ruta de la Costa da Morte. Su casco antiguo sin duda merece un detenido paseo en el que ver los distintos tipos de viviendas marineras. En este sentido también conviene visitar el Museo do Mar para conocer la historia y evolución de la vida y costumbres marineras de esta localidad. 

También en el casco antiguo de Laxe hay que visitar la Rúa Real o la Casa do Arcoque asciende hasta la la Iglesia de Santa María da Atalaia, de estilo gótico marinero, con elementos del románico. Su torre campanario está situada junto al altar mayor y la puerta es de arco apuntado bajo un rosetón. Fue construida a finales del siglo XIV en una pequeña colina que ofrece espléndidas vistas sobre el puerto y la playa.

Una playa esta de Laxe que es una de las mejores playas urbanas de Galicia y que se extiende a los pies de la localidad durante un kilómetro y medio, La protege una pequeña zona de dunas, su arena es blanca y muy fina y sus aguas tranquilas.

No lejos de allí hay otra playa, Praia dos Cristais. En esta zona de Laxe había un antiguo vertedero donde se tiraban las botellas y otros recipientes y como el océano devuelve siempre lo que se le tira, en estos acantilados de perpetuo oleaje, el mar recogió esos restos y los devolvió pulidos en una obra de arte sobre esta pequeña cala.

Importante también en Laxe es el Espacio Natural de Traba formado por una playa de casi dos kilómetros entre la Punta de Arnado y la Punta de Traba, un cordón dunar y una laguna natural. El enorme interés medioambiental de este conjunto fue reconocido al ser declarado Espacio Natural Protegido de la Laguna y Dunas de Traba. Además está dentro de la Red Natura 2000 y es también reconocido como Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y Lugar de Interés Comunitario (LIC). Allí viven aves poco frecuentes por esta zona que disfruta de una flora rica y variada.

Zas

Aunque sin litoral, el municipio de Zas se encuentra situado en la zona central de la Costa da Morte. La iglesia de San Pedro do Allo de Zas fue construida en el siglo XVI, como bien indica está dedicada a San Pedro y de él conserva una cuidada talla sedente presidiendo el retablo de la puerta principal. El templo tiene características que le hacen único como las dos figuras de Adán y Eva que custodian la entrada principal, la gran abertura enrejada que corona su fachada y su atípico campanario lateral, escasísimo en la arquitectura religiosa gallega.

No lejos de allí se encuentra Torres do Allo, el primer pazo gallego de la historia. Se trata de la Casa señorial de los Riobóo, que comienza hace 500 años con las Revoltas Irmandiñas (el conflicto social que tuvo lugar en Galicia entre los años 1467 y 1469) y termina en nuestros días. Un edificio monumental, una joya arquitectónica de estilo barroco y renacentista, el sucesor civil de los castillos medievales del Reino de Galicia y el fue modelo para los demás pazos gallegos.

Además, Torres do Allo está formado también por los caminos, robledales, fuentes, hórreos, palomares, sotos, capillas, palcos de la música, y demás elementos que constituyen un conjunto etnográfico muy bien conservado. Dentro del pazo hay una exposición que es una radiografía de la Galicia rural de los últimos siglos que nos acerca a los oficios, las vestimentas, las relaciones de poder, las costumbres o el día a día de los campesinos e hidalgos En la parte trasera del pazo se encuentran los restos de un jardín barroco del siglo XVIII en el que el gran protagonista es un gigantesco abeto de Vancouver de 20 metros de alto. 

Camariñas

En la comarca de Tierra de Soneira nos encontramos con la localidad de Camariñas, situada en una península junto a la ría del mismo nombre. Allí es una delicia pasear por su puerto pesquero situado en la desembocadura del río Grande. Se trata del puerto de mayor importancia de la Costa da Morte por lo que a la captura de pulpo y sardina se refiere.

También es muy interesante en Camariñas girar visita al Museo do Encaixe, creado con el objetivo de promover el conocimiento y la difusión de la práctica artesanal del encaje que perdura desde hace siglos en esta localidad al igual que en otros lugares de la Costa da Morte. La recuperación de antiguas piezas y diseños es también otro de los pilares en los que se basa este centro que cuenta con dos salas de exposiciones.

Otra visita obligada es la del Cabo Vilán, un enclave rocoso y escarpado que fue declarado de interés nacional en el año 1933 y hoy en día es monumento natural. El faro de Cabo Vilán, el faro eléctrico más antiguo de España ya que se inauguró en 1896, señala uno de los tramos más peligrosos de la Costa de la Muerte, pero también de los más hermosos. Erguido a 125 metros de altitud y unido al antiguo edificio de los fareros, posee un potente cañón de luz capaz de alcanzar los 55 kilómetros.

Además, en este cabo habitan gran cantidad de aves marinas como cormoranes, araos, pardelas, alcatraces, alcas... Muchas de ellas habitan en el islote conocido como Vilán de Fóra, situado a escasos metros mar adentro, con 59 metros de altura. Allí, en días de fuerte temporal el mar salta hasta veinte metros sobre él.

En Camariñas tampoco está nunca de más una visita al Cementerio de los Ingleses que está incluido en el Itinerario Cultural Europeo de la Ruta Europea de Cementerios Singulares. Su origen se remonta a 1890 cuando naufragó en estas aguas a causa de un temporal el buque escuela inglés The Serpent que contaba con 175 tripulantes de los que tan solo se salvaron tres. Debido a la magnitud de la tragedia las víctimas fueron enterradas en las cercanías del siniestro y en agradecimiento a Camariñas el Lord Commissioner of the British Almiralty agasajó al párroco de Xaviña con una escopeta, al alcalde con un reloj de oro y, con un barómetro al pueblo. Parte del desastre se debió a la deficiente luz del faro que entonces existía que fue sustituido por el actual, uno de los más majestuosos de la Costa da Morte. 

Camelle es una parroquia del municipio de Camariñas y allí se puede conocer la obra de Manfred Gnädinger, conocido como Man o El alemán de Camelle, el pintor, filósofo y escultor alemán muerto en 2002 que vivió como un anacoreta en la parroquia de Camelle, que pertenece al término municipal de Camariñas. Este hombre tan singular trató de llevar una vida lo más simple y natural posible, elaborando esculturas al aire libre cerca de la playa donde vivía y cuidando su pequeño jardín. En el rompeolas de Camelle, Manfred Gnädinger creó una casa-escultura que, decorada con sus obras artísticas, reflejaba su relación con el mar.

Vimianzo

La localidad de Vimianzo es limítrofe con los municipios de Camariñas, Laxe y Zas. En Vimianzo hay una ruta capaz de hacer al visitante remontar milenios de historia, un itinerario cultural para aficionados a la exploración, para los que están fascinados por el misterio de la historia y el transcurrir del tiempo. Nos referimos a la mayor concentración de monumentos megalíticos de toda Galicia, vestigios de una cultura que prosperó en el sexto milenio antes de Cristo.

La Ruta de los Dólmenes de Vimianzo es un itinerario circular para su recorrido en coche o bicicleta que conecta estos ejemplos de contrastadas características, de modo que en cada parada el viajero se puede sorprender, observar o reflexionar sobre una sociedad prehistórica que dejó en este territorio la huella de su cultura.

Ahí están para demostrarlo los dólmenes de Arca de Rabós, Pedra Cuberta, Pedra da Lebre, Pedra da Arca o el de Pedra Moura que aparece en la imagen.

Vimianzo presenta además una gran riqueza en elementos arqueológicos del megalitismo. Destaca como uno de los lugares con mayor concentración de dólmenes y túmulos de toda Galicia. Además, en su territorio se pueden observar algunos de los más singulares y característicos, como Pedra Cuberta donde se localizaron las primeras pinturas rupestres en un dolmen del noroeste peninsular. 

Otro punto de interés indiscutible es el Castillo de Vimianzo que se encuentra en muy buen estado de conservación. Aún conserva partes del siglo XIII aunque la mayoría pertenecen a los siglos XIV y XV. El edificio tiene planta poligonal irregular adaptándose al terreno y se compone de tres torres defensivas rectangulares alrededor de un patio de armas, además de la torre del homenaje mantiene  sus almenas voladizas.Su perímetro está rodeado en su totalidad por un profundo foso y también conserva el portalón de entrada al patio donde se puede ver un escudo de armas con la cabeza de un lobo. 

Muxía

En la comarca de Fisterra nos encontramos con Muxía y allí está el famoso Santuario de la Virxe da Barca, fundado en la Edad Media a iniciativa de los monjes de Moraime. El edificio actual es de estilo barroco, data de 1719 y guarda la imagen de la Virgen que es una talla gótica del siglo XIV. Además, en sus cercanías se encuentran las famosas piedras de Abalar y de Os Cadrís. 

Pero este no es el único edificio religioso que adorna Muxía, la Iglesia de San Xulian de Moraime un templo medieval del siglo XII que antiguamente se integraba en un monasterio de la parroquia de Moraime, a tres kilómetros de Muxía.

Su origen parece situarse en una antigua comunidad formada por numerosos anacoretas. La primera donación documentada concedida está fechada en 1095 y  hecha por Argila Páez, viuda de Arias Pépiz, ligada a la familia de los condes de Traba, que le donó a este cenobio y a su abad Hodorio el monasterio de San Xoán de Borneiro. También en 1095 Froilán Pérez, de la misma familia, donó la villa de Sarteguas  con sus siervos, que quedarían libres a su muerte.

Se trata de un edificio romano con tres naves y tres ábsides. Las naves están separadas por columnas cuadradas, excepto la última entre la nave central y la lateral norte,  que es de forma circular. Junto a cada pilar hay cuatro semicolumnas circulares que salen de los arcos de medio punto que separan las naves y los transversales, sobre los que descansa el techo de madera. Además, los capiteles están adornados con motivos vegetales y la nave central, más ancha que las laterales, está dividida en cinco tramos con arcos de medio punto.

En el exterior, la fachada principal está dividida en tres cuerpos, separados por dos contrafuertes que se corresponden con el arranque de las naves. El cuerpo central de gran anchura es de dónde sobrepasa el pórtico que da acceso al interior de la iglesia. Este presenta tres pares de columnas que están unidas a los ángulos y que muestran figuras, que según algunos autores representan a los Apóstoles.

Además de la de San Xulián de Moraime, en Muxía hay otras interesantísimas iglesias románicas como las de San Pedro de Leis, Santa Leocadia de Frixe , San Cristóbal de Nemiña o la de San Martiño de Ozón en cuyas inmediaciones está el hórreo de San Martiño de Ozón que con sus 22 pares de pies es uno de los más largos de Galicia.

Y no se puede abandonar Muxía sin visitarla escultura 'A Ferida' de Alberto Bañuelos que representa el daño causado al mar por el hundimiento del buque petrolero Prestige en 2002 en las costas de esta localidad. A Alberto Bañuelos se le encomendó esta escultura de 11 metros de alto y un peso de 400 toneladas para recordar esta catástrofe ambiental y reconocer el trabajo de los voluntarios que limpiaron las playas gallegas.

Corcubión

Corcubión es una villa situada junto a la ría del mismo nombre que fue declarada Conjunto Histórico Artístico en el año 1985. Perteneció al condado de Traba, pero pasó más tarde a manos del Conde de Altamira y durante la Edad Media era el lugar de paso obligado para los peregrinos que, tras visitar Santiago de Compostela, continuaban la ruta hasta Finisterre. 

En agosto de 1747, durante la Guerra del Asiento en la que se enfrentaron, principalmente en el área del Caribe, las flotas y tropas del Reino Unido, arribó a Corcubión, procedente de América, el navío de línea de la Armada Española 'Glorioso' que desembarcó en la villa un cargamento de cuatro millones de pesos de plata tras haber derrotado en solitario y en enfrentamientos sucesivos a dos escuadras inglesas. El 'Glorioso' llevó a cabo en Corcubión reparaciones de urgencia antes de partir para derrotar a otra escuadra enemiga en las proximidades del Cabo de San Vicente. Finalmente el barco sería capturado en un nuevo combate contra naves británicas tras agotar su munición que puso fin al episodio conocido como 'La carrera del Glorioso'.

Años después, en abril de 1809, durante la Guerra de la Independencia, los franceses, sabiendo que tanto Corcubión como el pueblo vecino de Cee se estaban preparando en su contra, atacaron la zona. La crueldad del ataque llevó a las personas a refugiarse en el monte y el pueblo acabó tomado por las llamas. Los franceses enviaron 3.200 hombres pero los defensores recibieron la ayuda de una partida de marines británicos dirigidos por un oficial naval.

Finalmente, en el siglo XVIII se construyó en ​Corcubión el "Castelo do cardeal (Castillo del cardenal)" con el fin de defender la ría junto al "Castelo do Principe" de la vecina Cee está dotado de doce piezas de artillería y con capacidad para noventa y seis hombres. Por su parte, el Castelo do Príncipe, cuyo nombre se le dio para honrar al hijo de Carlos III, el futuro rey Carlos IV, fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1994.

Tampoco se puede dejar Corcubión sin visitar la Iglesia de San Marcos, construida durante los siglos XIV y XV en estilo gótico marinero. Se trata de un templo declarado Bien de Interés Cultural que conserva restos románicos de otro anterior en la capilla mayor, así como en sus canecillos historiados. La planta de la iglesia es rectangular y está cubierta por una bóveda de influjo bizantino que va sobre nervios diagonales volteados sobre columnas. Esta iglesia parroquial de Corcubión está presidida por la impresionante imagen de san Marcos da Cadeira, una talla gótica de la escuela veneciana datada en la segunda mitad del siglo XV.

Fisterra

Los orígenes de Fisterra se pierden en la oscuridad de los tiempos, pero existen datos de su existencia por la singularidad geográfica de este enclave que atrajo la atención de los geógrafos e historiadores grecorromanos. Se puede mencionar entre ellos a Lucio Anneo Floro que a finales del siglo I afirmó que Décimo Junio Bruto, tras recorrer toda la costa del océano como vencedor, no regresó hasta contemplar, no sin cierto miedo de cometer un sacrilegio, como el sol se precipitaba en el mar y una llamarada salía de las aguas. Un impresionante espectáculo que perfectamente pudo haber contemplado desde el Monte del Cabo de Fisterra. Según cuenta la tradición, en este monte los romanos encontraron un altar al sol. 'Ara Solis' construido ahí por los pueblos que habitaron estas tierras antes de la romanización. 

En Fisterra está el impresionante Castillo de San Carlos, una fortificación defensiva mandada construir en época del rey Carlos III  para defender la costa de los ataques de barcos extranjeros. En 1892 fue vendido por el Estado y adquirido en pública subasta por un importante industrial de la comarca, Plácido Castro Rivas, y años más tarde, su hijo, Plácido Castro del Río lo donó, en 1948, al pueblo de Fisterra para que en él se hiciera un Museo. Finalmente, la Cofradía de Pescadores de Fisterra y la Consejería de Pesca habilitaron el local para convertirlo en el Museo de la Pesca que fue inaugurado en 2006. En este Museo se muestra la evolución de la pesca a través del tiempo en cuanto a embarcaciones y aparejos, las costumbres de la gente marinera y los naufragios que se han producido en esta Costa da Morte.

Fisterra cuenta también con dos emblemáticas playas, la de O Rostro, poco frecuentada por el turismo y cuyos casi dos kilómetros están en un entorno de dunas colindante con el Concello de Cee, y la playa Langosteira una de las más bonitas de Galicia, que también tiene cerca de dos kilómetros. Su arena es blanca y muy fina y sus aguas turquesas y cristalinas 

El espectacular Cabo Fisterra forma una península rocosa de granito y como ya se ha dicho, en la época romana se creía que era el fin del mundo conocido. Este cabo se considera el kilómetro cero y final del Camino de Santiago y fue declarado en el año 2007 como Patrimonio Europea.

Monte Facho es el nombre de la montaña del cabo Fisterra, cuya cumbre se encuentra a 239 metros sobre el nivel del mar y en su cima se encuentra el icónico faro de Fisterra. Se trata de uno de los faros más famosos de España. Construido en 1853, su torre es de cantería y base octogonal y tiene 17 metros de alto y una cornisa sobre la que se apoya la balconada. Su bóveda tiene una linterna poligonal y su luz, situada a 143 metros sobre el nivel del mar, consigue iluminar más de 42 kilómetros.

La frecuente niebla que cubre la zona en invierno provocó que se le añadiera en 1888 una sirena, popularmente conocida como la 'Vaca de Fisterra', para avisar a los navegantes del peligro existente.

El hecho de que esta espectacular punta fuera el 'Finis Terrae' para los antiguos hizo que nacieran sobre ella una larga serie de leyendas y a pesar de la existencia del faro la zona fue escenario de naufragios, como en 1870 cuando se hundió el buque de guerra inglés Monitor Captain llevándose consigo a 482 tripulantes en el suceso más luctuoso de esta fascinante y mágica Costa da Morte.

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