Victoria Herrero
Viajes
Los lugares imprescindibles que ver en Sri Lanka, la "lágrima de India"
Su capital, Colombo, tiene una herencia europea de raíces portuguesas, holandesas y británicas
Estamos en el antiguo Ceilán. Sri Lanka se ha descubierto y abierto al turismo internacional en los últimos años gracias a su patrimonio cultural y religioso, a sus idílicas playas, a ciudades donde se observa la herencia europea de antaño o esas laderas repletas de plantaciones de té.
Sri Lanka, el paraíso del té
El clima húmedo y la peculiaridad de estas tierras hicieron que en el siglo XIX los británicos eligieran esta isla para cultivar su famoso té. Así, Sri Lanka es hoy uno de los mayores productores y exportadores a nivel mundial de té junto con India o China.
Por tanto, es de obligado cumplimiento visitar estas montañas a más de 1.000 metros de altura en cuyas laderas se apiñan las plantaciones y ver el juego de colores entre el verde de la hoja y los saris de luminosos colores de las trabajadoras que la recogen.
Precisamente, para disfrutar de este precioso paraje montañoso, es recomendable una experiencia única a bordo de un tren. Una vía ferroviaria que discurre entre esta maravillosa vegetación hasta el pueblo de Ella en un recorrido desde Nuwara Eliya. Sin duda, un trayecto en tren que te dejara sin pestañear por la magia del paisaje.
Budas tallados en rocas
Colombo es la actual capital de Sri Lanka y en sus calles se puede ver parte de la herencia que dejaron sus antiguos moradores europeos. Primero fueron los portugueses, luego los holandeses y más tarde los británicos. Esta ciudad apenas tiene encanto turístico, pero se puede dar un paseo por su barrio antiguo, Pettah.
Eso sí, sin duda, la capital que merece la pena visitar fue la que ostentó este título entre los siglos XI y XIII, Polonnaruwa. Una antigua ciudad que forma parte del conocido como triángulo cultural del país junto con Anuradhapura y Sigiriya. Lo más llamativo de Polonnaruwa son los tres grandes budas de Gal Vihara tallados en la roca. Un yacimiento muy similar al que podemos contemplar en las Cuevas de Dambulla (foto principal). Se trata de rincón sorprendente con muestras de dioses budistas en el interior de unas cuevas que también resguardan pinturas y esculturas de más de 2.000 años.
La pesca más tradicional
Claro que la postal típica cuando uno busca información sobre Sri Lanka son los pescadores zancudos tan típicos del país. Una especie de "pescadores aéreos" que podemos contemplar en el pueblo pesquero de Weligama. Su tradicional forma de pesca comenzó tras la Segunda Guerra Mundial cuando la escasez de comida hizo que se compitiera por el espacio para coger peces desde los arrecifes. Por eso surgió esta ocurrente idea de pescar subidos a unos estacas de tres metros de altura enterradas en el fondo del mar.