Los mallos de Riglos, las singulares formaciones rocosas del Prepirineo oscense
Es uno de los lugares preferidos de los escaladores y se cree que datan de la época del Mioceno
La población oscense de Riglos es conocida por los espectaculares mallos que configuran parte de su orografía y que se erigen a sus pies. Estos son unas formaciones rocosas de grandes paredes verticales de tonalidad anaranjada que alcanzan distintas alturas, siendo la más elevada de 275 metros. Su configuración hace que sean aptas para practicar la escalada, por ello muchos amantes de este deporte se acercan para subirlas. De hecho, tienen fama internacional entre los que se dedican a esta actividad.
Cómo surgieron
Los mallos de Riglos deben su origen a la destrucción de materiales provenientes de los relieves pirenaicos en el Mioceno, principalmente cantos rodados envueltos de arcilla y arena, cementados por caliza. En esta época, el valle del Ebro estaba formado por un mar en el que se depositaron sedimentos rocosos que dieron lugar a elevaciones posteriores. Sus formas singulares son fruto de la erosión que ha producido en ellos el paso del tiempo.
Toda la zona de las sierras del Prepirineo, que es donde se sitúa este pueblo de Huesca, posee este tipo de formaciones, destacando además los mallos de Agüero y Peña Rueba.
En Riglos, cada mallo posee tamaños diferentes, por eso se dividen en pequeños y grandes, y están nombrados. Entre los de más altura están el Firé o el Pisón. Mientras que algunos de los pequeños son Colorado o Aguja Roja.
A algunos de ellos, como la Visera, el Melchor Frechín, el mallo del Agua, el Paredón de los Buitres o el Macizo d'os Fils, se puede llegar a su parte superior caminando, pero para alcanzar la cima de los demás es necesario hacerlo mediante escalada.
Actividades de turismo activo
Además, los amantes de la montaña pueden disfrutar de las rutas de senderismo cercanas y del Centro de Interpretación ARCAZ. Este se ha creado para poder contemplar con detalle una de la colonias de buitres leonados más grandes que habitan en estas formas rocosas. Este lugar cuenta, además, con varias plantas donde conocer distintos detalles de aves del entorno.
De igual modo, en los alrededores se pueden practicar actividades de turismo activo, ya que los cañones del río Gallego están muy cerca y se organizan experiencias en kayak, canoas o rafting, entre otras opciones.
