Victoria Herrero
Viajes
Un paseo en barco por la sorprendente bahía de Halong
Más de 1.500 islas conforman este lugar mágico e imprescindible cuando visitas Vietnam
Un rincón escondido en el norte de Vietnam. El país asiático ha visto cómo en los últimos años se ha incrementado el número de turistas que se acercan para conocerlo. Un viaje donde resulta imprescindible reservar un par de días para hacer un crucero por la mágica bahía de Halong, no muy lejos de la capital, Hanoi. En tu travesía, contemplarás un paisaje insólito formado por unas 1.600 islas para dar vida a este conjunto natural donde todo parece ir a otro ritmo.
Y es que, sin duda, las montañas kársticas que emergen del agua como por arte de magia son uno de los atractivos turísticos de Vietnam. Y la mejor forma de recorrerlo es hacerlo a bordo de uno de los numerosos cruceros que surcan estas aguas durante varios días. Un recorrido en antiguos barcos que han sido rehabilitados para ofrecer todo tipo de servicios a sus huéspedes.
¿Qué ver en la bahía de Halong?
Conocer este laberinto de formaciones rocosas te llevará la mayor parte de tu aventura por esta bahía, pero la oferta turística de la zona incluye mucho más que un plácido crucero. Así, podrás practicar tai chi en la cubierta del barco con los primeros rayos del amanecer, recibir una clase de cocina vietnamita, bañarte en estas tranquilas aguas o practicar kayak para descubrir grutas y lagunas escondidas. Y para los más deportistas, una buena caminata para ascender a alguna de las montañas y deleitarte con unas vistas increíbles.
También puedes acercarte a conocer la vida y a los lugareños de los pueblos de pescadores que abundan en la zona. Admira las pequeñas casas flotantes de colores donde viven estas comunidades que se dedican a la pesca y al transporte de turistas en sus barcas.
Cueva Sung Sot
Por último, no te vayas de la bahía de Halong sin adentrarte en la conocida cueva Sung Sot. Una maravilla de la naturaleza formada por tres colosales salas descubiertas por los franceses y a la que se accede gracias a un puente de madera sobre el mar. Los caprichos del agua han dado lugar a formas un tanto curiosas en las que la roca se asemeja a un símbolo fálico o a una tortuga, uno de los animales simbólicos de la cultura vietnamita considerado como sagrado.