Carlos Losada
Viajes
Historia y vino, la mezcla perfecta cuando visitamos Peñafiel
Esta localidad vallisoletana destaca por su imponente castillo, actual Museo Provincial del Vino
Cuando el perfil del Castillo de Peñafiel se observa desde lejos, bien podría parecernos el de un buque surcando las olas de un océano. De hecho, la alargada planta es la característica principal de esta edificación que supone el principal atractivo turístico de la localidad.
Eso sí, Peñafiel es mucho más que un castillo medieval, es un municipio que merece la pena recorrer dando un paseo y es una de las cunas de los vinos de Ribera del Duero. Pero vayamos por partes.
Castillo de Peñafiel
El popular castillo –que está en pie desde el siglo X– fue un perfecto bastión militar que protegía aquellas tierras vallisoletanas, y ha perdurado en el tiempo como ejemplo de construcción defensiva medieval. Sin embargo, su atractivo no solo se encuentra en la arquitectura o en divisar los paisajes circundantes desde sus murallas, ya que desde 1999 también es el Museo Provincial del Vino. Esto ha provocado que sea uno de los lugares más visitados de la comunidad autónoma.
Y es que Peñafiel se ha convertido en un destino predilecto para los aficionados al enoturismo. En las salas del museo podrás llevar a cabo un recorrido por la historia y la cultura del vino, con especial hincapié en la Denominación de Origen de Ribera del Duero, habida cuenta que el municipio se asienta en esta región vitivinícola.
Un municipio milenario
Peñafiel alberga mucha historia en sus calles. Por poner un ejemplo, ya en el año 1013 un conde llamado Sancho García le cambio el nombre a la denominación actual, pues anteriormente se llamaba Peña Falcón. Esto hace que en un simple paseo por sus calles nos encontremos edificios tan destacados como la Torre del Reloj, el Convento de San Pablo o el Convento de Santa Clara. Aunque lo más destacado podría ser su Plaza del Coso, lugar donde tienen lugar los principales festejos de la localidad, como es el caso del baile de la Chúndara que se lleva a cabo en sus fiestas patronales del mes de agosto.
Tierra de vinos
Como hemos apuntado, Peñafiel es un centro neurálgico para el enoturismo vallisoletano. Si te acercas a visitarlo, tienes la opción de pedir cita en alguna de las principales bodegas de Ribera del Duero que hay en la zona. Un buen ejemplo es Protos (@Bodegas_Protos), uno de los nombres con más prestigio de esta D.O. y cuyas instalaciones van desde lo más tradicional (más de 2 Km. de galerías subterráneas), a lo más vanguardista.