Carlos Zapatero
Viajes
Un paseo por Morella, el pueblo medieval de Castellón
Un recorrido arquitectónico y cultural por uno de los lugares más visitados de la provincia
A 90 kilómetros al norte de la ciudad de Castellón nos topamos con Morella, una de las localidades más visitadas de la provincia. Su casco antiguo, declarado Conjunto Histórico-Artístico, es uno de sus grandes atractivos. Sin embargo, no es lo único destacado que visitar en esta localidad.
Un recorrido por sus murallas
Rodeada por más de dos kilómetros de muralla, la villa se encuentra asentada en la falda de su mayor icono arquitectónico: el Castillo de Morella. Declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931, es una de las paradas obligatorias en nuestra visita. Desde lo alto del mismo seremos testigos de lujo de la naturaleza que rodea a la localidad, mientras disfrutamos de la arquitectura típica de la zona.
Además del castillo, su casco antiguo es uno de los grandes atractivos que podemos visitar. Calles empedradas, rincones en los que queda latente su pasado medieval y casas que parecen haber desafiado al paso del tiempo. En lo que dura nuestro paseo por la zona más antigua de la ciudad podremos ir topándonos con las siete puertas que permiten su acceso.
La Basílica de Santa María la Mayor y el Ayuntamiento, obras destacadas de su arquitectura
Tras las murallas y el casco antiguo, la parada en la Basílica Santa María la Mayor es obligatoria. De estilo gótico y construida entre los siglos XIII y XVI, su interior guarda tres elementos clave que conforman su identidad. La escalera de caracol, utilizada actualmente por el coro, sus coloridas vidrieras y su órgano de más de 4.000 tubos, construido por el experto organero Francisco Turull.
Para terminar la jornada, destaca la visita al Ayuntamiento de Morella, con un importante valor en su patrimonio. Además de por haber recibido el Premio Europa Nostra como consecuencia del buen trabajo de restauración en el año 1997, es importante por la actividad cultural que alberga en su interior. Dos Salas Góticas que complementan su oferta arquitectónica, actuando como espacios para exposiciones y muestras que han albergado en los últimos años obras de algunos de los artistas más importantes del mundo, como los cuadros de Pablo Picasso en el 2018.