Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorEspaña cuenta con algunos de los paisajes salineros más importantes de Europa. Además de ser una fuente de riqueza económica para las zonas donde están asentadas, suponen una reserva para las aves migratorias, que encuentran en sus humedales los nutrientes necesarios para sus largos viajes. Recorremos algunas de las salinas más impresionantes de nuestro país.
Las salinas del Cabo de Gata es un humedal de 400 hectáreas, cuyo origen se remonta a la época de los fenicios y que producen cada año 40 millones de kilos de sal. Pero tan importante como la cantidad de sal es su riqueza ecológica: están registradas más de un centenar de aves diferentes, entre ellas los flamencos que, aunque no anidan en la zona, sí que la utilizan como zona de descanso durante sus migraciones. Además, a pocos metros de las playas, dispone de un mirador ornitológico para poder contemplar con detalle la fauna y la flora.
En el valle salado de Añana, a apenas 30 kilómetros de Vitoria, se viene produciendo sal de manera artesanal desde hace alrededor de 7.000 años. Aquí se produce una de las mejores sales del mundo: la Sal de Añana, que es fruto de la evaporación natural de la salmuera procedente de manantiales. Su forma de cristalizar es resultado de tres factores: el sol, el viento y las técnicas tradicionales de los salineros. El conjunto arquitectónico cuenta con más de 5.000 eras, 767 terrazas, 2.040 muros, 848 pozos y 248 almacenes de sal y puedes hacer una visita guiada.
En el sur de la isla de La Palma se encuentran estas salinas, que han sido declaradas Sitio de Interés Científico por ser lugar de descanso de muchas aves migratorias. Aquí la tierra, el agua y el aire se alían para hacer de las salinas de Fuencaliente un paisaje valiosísimo, donde los contrastes entre el blanco de la sal, el negro de la tierra volcánica y el azul del mar componen un cuadro de gran belleza.
El agua del océano se apresa entre piedra y barro formando un laberinto donde el sol va evaporando el agua y condensando el grado de salinidad. Los pequeños cristales se van recolectando de forma artesanal, formando pequeñas pirámides que el aire va secando.
El Parque Regional de las Salinas de San Pedro es un humedal con arenales situado en la parte norte del Mar Menor, en San Pedro de Pinatar y se extiende a lo largo de casi 900 hectáreas. Entre los paisajes que forman parte de este espacio protegido está una explotación salinera donde todavía podremos ver un molino de viento. Lo que más llama la atención es el color de las charcas cristalizadoras, son de color rosa. Ese color se debe a unas algas y bacterias que habitan en lugares con una alta salinidad.
Localizadas en el Salobrar de Campos, en el sureste de la isla de Mallorca, estas salinas se nutren de las aguas mediterráneas que provienen del paraje natural de la playa de Es Trenc. La producción de Salinas de Es Trenc suele estar por encima de las 10.000 toneladas anuales de sal marina, que se suministran básicamente a la isla de Mallorca. Estas salinas gozan de protección por su indudable valor natural, sobre todo ornitológico, ya que numerosas especies migratorias encuentran en el humedal del Salobrar nutrientes para reponerse de sus largos viajes.